16/09/2017

Mission accomplished

Cassini, el robot que exploró Saturno durante 13 años (9 más que los previstos), terminó ayer su existencia zambulléndose en la atmósfera del planeta gigante. Sus motores de posición lograron mantener su antena apuntando a la Tierra y transmitiendo datos del magnetómetro durante unos 30 segundos más que los previstos. Finalmente la presión de la atmósfera los abrumó, la nave rotó de manera incontrolada, y aproximadamente un minuto después se desintegró. Sus átomos ahora forman parte de Saturno. Las pastillas de plutonio de su pila nuclear seguramente fueron los últimos fragmentos que se hundieron, íntegros por un rato, en la aplastante atmósfera sin fondo del planeta. La tapa de un espectroscopio, expulsada poco después de la entrada en órbita en 2004, todavía debe estar en órbita, en algún lugar del sistema saturniano.


El cartelito dice NASA, pero vale la pena recordar que 27 naciones y tres agencias espaciales participaron en esta exploración de Saturno. Casi 600 GB de datos, más de 3000 de trabajos científicos publicados, casi 400 mil imágenes a disposición de quien quiera usarlas (y que tantas veces hemos usado en este blog): estas misiones son de toda la humanidad. Los que recordamos la época en que los planetas eran apenas puntitos de luz no dejamos de maravillarnos. Saturno, sus anillos y sus satélites son ahora mundos, son nuestros, son la joya de la corona del sistema solar.

El jueves, mientras caía sobre Saturno, Cassini tomó sus últimas fotos mostrando el sitio del impacto. En ese momento, un día antes del impacto, el lugar estaba del lado nocturno del planeta, si bien al momento de la caída ya había amanecido. La imagen, de todos modos, se ve bastante bien porque está iluminada por los anillos. ¡Nunca es del todo de noche en Saturno! En el sitio de Cassini hay versiones en color de esta foto, y también en infrarrojo mostrando la estructura de las nubes.

¿Por qué hubo que estrellar a Cassini? ¿No podían dejarlo en paz, en órbita de Saturno por toda la eternidad? Sus propios descubrimientos lo condenaron. Cassini descubrió que el pequeño satélite Encélado, que el robot fotografió en su última órbita escondiéndose tras las brumas de Titán, tiene agua líquida debajo de un glaciar global. Agua que surge en forma de géiseres desde fracturas del hielo, y que aparentemente está en contacto con minerales y una fuente de calor. Encélado es un mundo donde puede haber vida extraterrestre, un segundo génesis que Cassini no podía arriesgarse a contaminar con microbios terrestres en una caída incontrolada en el futuro. Lo mejor era incinerar el robot en la atmósfera de Saturno, y aprovechar para hacer una campaña de mediciones en órbitas rasantes de los anillos y la atmósfera. En el próximo año aparecerán resultados novedosos, estoy seguro, y todos los datos y fotos serán escudriñados y exprimidos a fondo en años por venir.

Vienen unos años vacíos de exploración del sistema solar exterior. El sobrevuelo de MU69 por parte de New Horizons dentro de un año y medio será una excepción fugaz. Juno, en órbita de Júpiter, será estrellada en febrero del 2018. La exploración de Europa, el satélite de Júpiter que también tiene un océano de agua líquida donde se sospecha la posibilidad de vida extraterrestre, no comenzará hasta bien entrada la próxima década. La exploración de Urano y Neptuno, de los cuales todavía sabemos muy poco, y el descenso en los mares de Titán o en el propio Encélado, están en pañales. Quien sabe si llegaremos a verlos. Es muy probable que Cassini sea, para siempre, nuestro robot espacial favorito.



¿No sabés nada de Cassini y Saturno, y te da curiosidad? Bajate el librito que prepararon para celebrar el fin de la misión: The Saturn system through the eyes of Cassini.

Las imágenes son de NASA/JPL/Cassini. La última imagen es una impresión artística de NASA/JPL/Caltech, editada por Jason Major

1 comentario:

  1. La exploración espacial es vertiginosa y, a la vez, desesperantemente lenta.

    ResponderEliminar