Uno tiende a pensar que las maravillas del cielo están definitivamente vedadas para los habitantes de una gran ciudad como Buenos Aires. Pero algo se ve. Hay que estar atentos para capturar eventos como el de anoche: una magnífica conjunción de una delicada Luna creciente y el planeta Venus, capturada desde el Teatro Colón en la noche de ayer. Aquí se la ve junto a una de las históricas luminarias, tras uno de los inmensos gomeros de Plaza Lavalle. Hágale click para agrandarla. Prestando atención se puede ver el fenómeno de la luz cenicienta: una tenue iluminación de la cara nocturna de la Luna. ¿Por qué no es completamente negra la noche de la Luna? La explicación la dio por primera vez Galileo: cuando la Luna está casi nueva en el cielo de la Tierra, la Tierra está casi llena en el cielo de la Luna; y la Tierra es muy brillante, de manera que ilumina la noche de la Luna intensamente. La luz cenicienta es luz del Sol dos veces reflejada: la primera vez en la Tierra, la segunda vez en la Luna. La segunda foto muestra la conjunción junto a la impresionante base de la luminaria, que ostenta el monograma TC del teatro.
Y un rato después saqué esta impresionante panorámica de la sala. El concierto estuvo muy bueno. La Orquesta Filarmónica, impecable, como en sus mejores épocas. El director mexicano, muy pero muy gracioso. La solista inglesa en el violoncello, pasable. Y el teatro, apenas restaurado en su totalidad, es impresionante: las butacas, los barnices, las alfombras, los decorados, las obras de arte...
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