Hay una controversia acerca de la expresión divulgación científica. Algunos de los especialistas del área, tanto divulgadores como estudiosos del tema, opinan que la palabra "divulgación" es inapropiada. Que implica una actitud derogatoria del público, una superioridad del divulgador respecto de su audiencia. Palabras como vulgo o vulgar, en castellano, tienen cierto sentido derogatorio, aunque no necesariamente o no siempre. Todas ellas vienen de vulgus, que en latín es el pueblo todo. Así que divulgar sería acercar una cultura científica al vulgo. Y hay que decir que algunos divulgadores que he leído del siglo XIX o principios del XX tenían esta actitud de superioridad.
Quienes piensan de este modo proponen otras expresiones, más o menos satisfactorias, como popularización científica, comunicación pública de la ciencia, alfabetización científica, etc. Ninguna de ellas se usa actualmente de manera extendida, y en particular ninguna evoca, en el público, el significado que la familiar expresión divulgación científica ha afianzado a lo largo del tiempo.
Mi opinión sobre este tema es que se trata de una controversia estéril. Las palabras significan lo que la gente que las usa dicen que significan. Las lenguas evolucionan, y la etimología es importante sólo hasta cierto punto. El español está lleno de ejemplos, pero como éste es un blog de astronomía, me limitaré a dar (tres) ejemplos astronómicos. Acá van.
Planeta. En griego significa errante, o vagabundo. Se refiere a que estos objetos celestes se mueven con respecto a las estrellas "fijas". La Luna, por ejemplo. O el Sol. Ah no, esos no. ¿La Tierra? ¿La Tierra es un planeta? ¡Si no se mueve en el cielo! ¿Se entiende lo que quiero decir? No tiene mayor importancia la etimología de "planeta", más que hasta cierto punto (su interés histórico, etc.). (Ver mi nota sobre la evolución de la palabra planeta.)
Satélite. Palabra inventada en el siglo XVII para referirse a los astros descubiertos por Galileo en órbita alrededor de Júpiter. Significa "asistente" o "ayudante". ¿Asistente de qué? ¡Que importa!
Siderurgia. Esta es la mejor, porque no se la esperaban. ¿Siderurgia? ¿La industria del acero? ¿Y eso que tiene de astronómico? Los que tengan oído etimológico no dejarán de notarlo: suena como sideral. En realidad viene de sideros, que en griego significa hierro. El propio origen de la palabra sideros es raro. Las lenguas europeas usan palabras muy distintas para este material: ferrum en latín, iron en inglés, etc. Parece que el indoeuropeo no tenía una palabra para el hierro, porque su industria es posterior a esa lengua madre de las nuestras. Y parece que sideros, en griego, tiene el mismo origen que sidus, sideris, estrella en latín. La conexión viene de que el primer hierro utilizado por la civilización era de origen meteórico, literalmente caído del cielo. Durante milenios se lo usó en Cercano Oriente, hasta que se empezaron a explotar los yacimientos de hierro en tiempos históricos. (Ver otro uso interesante del hierro meteórico acá.)
Ay, la etimología. Dentro de 100 años la gente dirá: "Miren qué curioso, originalmente divulgación significaba rebajar la ciencia al nivel de la educación popular..."
En definitiva, divulgación será lo que los divulgadores hagan. Eso es lo importante. Lo que hagan. Lo que hagamos.
Guillermo: siempre leo su blog, aunque no siempre comente, y me encanta. Para complementar lo que señala, se me ocurren algunas ideas relacionadas. En primer lugar no estoy tan seguro de que aquella controversia sea estéril, es decir, que no de fruto, puesto que el post es "fruto" de tal controversia.
ResponderEliminarDesde la semiótica-semiología ha habido un debate sobre el concepto de signo que tiene dos grandes padres. Saussurre, con su término binario en el que cada signo tiene un significante (al que accedemos a través de un código compartido), idea expresada en singular porque habría, según este parecer, un significado para cada significante, así /rojo/ es un color. Pero Peirce y Frege iban en otra dirección, puesto que hablan de una tríada, en vez de un binomio, en el que los "significados" son plurales, de hecho, infinitos. Traigo el tema a colación, en particular por Frege y su "Héspero es Fósforo" que separa "sentido" de "referencia" con el ejemplo de Venus como el lucero del alba y el lucero de la tarde.
Ud. señala "Las palabras significan lo que la gente que las usa dicen que significan". ¿Esto implica que SUS palabras significan lo que UD dice que significan o que SUS palabras significan lo que YO digo que significan?, porque las palabras las usa ud que las escribe y yo que las leo. Nótese el siguiente texto: "Problemas digestivos, debidos al estrés y nervios. Cuida tu alimentación. Disfruta del contacto con la naturaleza o escuchando música suave." ? Esas palabras significan lo que la gente que las usa dicen que significa? Son extraidas del Horóscopo de La Nación web para "Tauro" de hoy sábado. Nótese también que no se define "Tauro" más que con un rango de fecha, sin alusión directa a ningún objeto astronómico. ¿Qué significa? ¿Significa lo que la gente que lo lee dice que significa o lo que quien lo escribe -Kirón (que es una mujer)- dice que significa? No hay una única solución perfecta. Lo que los divulgadores "hacen" es comunicarse a través de signos, así que volvemos al comienzo. Lo fabuloso de la comunicación es que hay tantos sentidos como personas y más, personas en distintos momentos. También hay "discursos" que se imponen sobre otros temporalmente, ideas que se repiten hasta el cansancio y asociaciones de ideas que "crean" significados "nuevos". Al menos a mi me parece claro que Ud. disocia /divulgación/ de /actitud de superioridad/ y la asocia con ..."eso que ud. hace". Ah...¿ser vulgo es malo? ¿Qué es acaso el astrónomo cuando va al médico o consulta a un contador o a un abogado, cuando lee un artículo de geología o de historia o economía? ¿No desea ahí el astrónomo un lenguaje simple y entendible?