¿A cuento de qué viene todo esto? Bueno, en esta época del año podemos ver el final de una de estas historias, protagonizada por dos de las constelaciones más fáciles de identificar: Orión y Escorpio.
Orión es una de las constelaciones que todo el mundo sabe reconocer, y es una de las más antiguas. Es grande y tiene muchas estrellas brillantes. Representa a un hombre: el rectángulo formado por las cuatro estrellas Betelgeuse, Bellatrix, Rigel y Saiph delinean sus hombros y sus piernas, y las famosas Tres Marías (Alnitak, Alnilam y Mintaka) marcan su cintura. De este cinturón pende su daga, adornada por la Gran Nebulosa de Orión. Lo rodean sus perros de caza: Sirio, el Can Mayor, y Proción, el Can Menor, persiguiendo a la Liebre que se escabulle entre las piernas del héroe. Frente a él arremete, amenazante, el Toro. Todo esto, desde el hemisferio sur, visto patas arriba, claro está.
Para los antiguos griegos y sumerios este varón en el cielo era un cazador. Según los sumerios representaba al héroe Gilgamesh, el gigante inmortal, luchando con el Toro. El mito griego, en cambio, no lo relaciona con el Toro. Esto es un poco raro, porque el equivalente griego de Gilgamesh es Hércules, quien también tuvo que someter a un toro. Además, se lo representa con las armas de Hércules: una maza en una mano y una piel de león en la otra, como en las ilustraciones de acá arriba. Pero al máximo héroe de la mitología griega le tocó una constelación menos magnífica que ésta: mientras Orión tiene 7 estrellas de primera magnitud, ¡Hércules no tiene ninguna! Ya desde tiempos de Homero el gigante en el cielo representaba, para los griegos, a Orión, hijo de Poseidón, alto y hermoso, el más valiente cazador que haya pisado la tierra. Homero lo describe armado con una maza de bronce indestructible, y uno no puede dejar de pensar en Thor y su martillo, ¿no?
Cuenta Robert Graves en Los Mitos Griegos que Orión tuvo un problema de polleras en la isla de Quíos. Allí se enamoró de Mérope, hija de Enopión, el rey del lugar. (Mérope y sus hermanas también están en el cielo, formando las hermosas Pléyades en Tauro.) Parece que el rey accedió al pedido de la mano de su hija, a cambio de que el héroe le limpiara el reino de alimañas y bestias salvajes. Orión empezó a cazar y cazar, mientras intentaba seducir a Mérope. Para su desgracia, no tuvo éxito. Puede pasar.
Una noche Orión se emborrachó y violó a Mérope, lo cual desató la furia del rey, quien mandó arrancarle los ojos y arrojarlo al mar. Orión sobrevivió, pasó unas cuantas peripecias, rompió corazones de diosas y dioses, recuperó milagrosamente la vista, y así por el estilo, lo que se dice una vida de héroe. Una de las diosas que se enamoró de él fue, por supuesto, Artemisa, que compartía su gusto por la caza. Apolo, celoso, le buchoneó a Gaia que Orión se jactaba de que cazaría a todos los animales de la Tierra. Entonces Gaia mandó un escorpión para que lo matara. Acá mi recuerdo del mito se aparta de lo que cuenta Graves: él dice que Apolo engañó a Artemisa, induciéndola a atacar a Orión, a quien apenas se distinguía nadando en el mar, a la distancia, escapando del escorpión. Artemisa lo atravesó con una flecha certera, pero se arrepintió al descubrir lo que había hecho. Lo quiso resucitar pero Apolo lo remató. En mi recuerdo infantil (creo recordar que lo leí en un libro de Monteiro Lobato) es el escorpión el que se acerca sigiloso por atrás, como hacen los escorpiones, y picando al jactancioso cazador, le da muerte. En todo caso Artemisa, tras la muerte del héroe, lo pone en el cielo en forma de constelación. Y ésta es la parte que más me gustaba cuando era chico: en el extremo opuesto del cielo pone al Escorpión, de manera que cuando uno sale por el Este, el otro se esconde por el Oeste, persiguiéndose eternamente uno al otro.
Orión sale por el Este persiguiendo al Escorpión, que se escapa por el horizonte oeste. Visto desde Bariloche esta noche, poco después del anochecer. (Hecho con Stellarium.) |
Muy interesante la mitología al respecto. Antares es una de mis estrellas favoritas junto con Capella.
ResponderEliminarLa mitología y la astronomía de la mano... ¡¡ Perfecto !! Hace algunos años (unos 30)tuve la oportunidad de leer un librito chiquito y gordo con un "resumen" de la mitología griega. No digo que sea algo para estudiar porque la ensalada que uno se puede hacer es mayúscula, pero leer las historias por separado, como ésta que relatás, es un estímulo enorme para la imaginación. Y qué imaginación tenían estos griegos para ver tantas figuras en el cielo, donde el común de los mortales vemos sólo puntos blancos.
ResponderEliminarOtro texto sobresaliente. Gracias.
ResponderEliminarmuy buena página, sería posible que me pudieran ayudar a encontrar una estrella muy grandota y espectacular, no sé si es un planeta o estrella, se veía como a las cuatro de la mañana en agosto en Chile por el norte, estaba cerca a un cuadrado que formaban otras estrellas y al noreste se veían tres estrellas parecidas a las de Orion pero no era... no la puedo encontrar en los mapas, por favor¡¡¡ ayuda, les dejo mi mail, etpflores@hotmail.com, soy principiante en esto de la observación astronómica, gracias...
ResponderEliminarTarde pero seguro, Margarita: era el planeta Júpiter.
EliminarHan pasado 6 años y tal vez ya no sos principiante. En todo caso: me fijé en Stellarium...