Sabemos que la Pascua es una fiesta que se calcula en base al equinoccio de marzo y el ciclo lunar. Lo hemos comentado más de una vez en el blog: Pascua es el domingo siguiente a la luna llena que ocurra en, o inmediatamente después de, el equinoccio de marzo. El equinoccio fue el miércoles 20, a las 19 hora argentina. La luna llena fue menos de 4 horas después, a las 22:43 del mismo día*. ¡Mañana debería ser Pascua! Pero no es. Es el 21 de abril.
* Aprovecho para recomendar mi Calculadora de Superlunas, siempre disponible aquí en el margen derecho.
¿Por qué mañana no es Pascua? Porque no hay que usar el verdadero equinoccio sino el eclesiástico, decretado como el 21 de marzo en el Concilio de Nicea de 325 (cuando el calendario estaba bastante mal, pero la Tierra era ya redonda). El equinoccio viene ocurriendo el 20 de marzo últimamente, y seguirá así unos cuantos años. La última vez que fue el 21 fue en 2007, y la próxima será ¡en 2102! Además, no hay que usar la verdadera luna llena sino el decimocuarto día del mes lunar pascual, que comienza con la luna nueva que ocurra entre el 8 de marzo y el 5 de abril. Un lío, que fue durante siglos tema de controversia y terminó plasmándose en una rama entera de la doctrina cristiana llamada Computus.
La cuestión es que este año Pascua cae el 21 de abril, casi lo más tarde que puede ser. Que es tan temprano como el 22 de marzo (si el 21 es sábado con luna llena), o tan tarde como el 25 de abril. La próxima Pascua que cae en 25 de abril será en 2038, en cambio será el 22 de marzo recién en 2285. Esto, para los cristianos occidentales que usan el calendario gregoriano. En el mundo ortodoxo es otra historia. Por mí, mientras haya chocolate, haría Pascua todos los domingos.
En todo caso, ha empezado el otoño en el hemisferio sur, estación bifronte de melancolías y cosechas, como dice mi amigo el impecable Ariel Torres en su Manuscrito de esta semana en La Nación. Feliz otoño.
Las fotos son mías. La del huevo es por el mito de que en el equinoccio se pueden parar los huevos de punta. Es cierto, no hay truco. Sólo que no tiene nada que ver con el equinoccio, puede hacerse en cualquier momento del año. Hay que tener paciencia, nada más. La segunda creo que es en el Centro Atómico. La tercera es del otoño en el Valle del Challhuaco.
Completísima entrada. Voy a tener que darle más vueltas a la Computus, porque me enredé un poco en los detalles. Igualmente entendí la idea general
ResponderEliminarMuy buenas fotos!
Feliz otoño!
Es que hay otras notas del blog que cuentan lo mismo, siempre con alguna variación Seguí los links. :-)
EliminarLinda nota. Pregunta, ¿el equinoccio varía por que la duración del año no es exacta en días? ¿el "promedio" está en el 20 en vez del 21 de marzo?
ResponderEliminarGracias, Armando. En promedio, en la época actual, es el 20. Hay algunos diecinueves por ahí. Vientiunos más raros, como puse. La fecha cambia por muchas razones, la más importante de las cuales es que la duración del año trópico (de equinoccio a equinoccio) no es, obviamente, un número entero de días. No tendría por qué, no hay una relación entre los períodos de rotación y orbital de la Tierra.
EliminarGuillermo, primero lo primero: gracias por tus posteos; son claros y didácticos (y bien escritos).
ResponderEliminarAhora bien: me quedó dando vueltas una duda. Puedo entender -digamos- que la fecha exacta del equinoccio (astronómico) se modifique adelantándose del 21 al 20 de marzo, dado que la duración exacta de la circunvolución solar no es de -exactamente- 365 días.
Pero no me resulta tan intuitivo que vuelva a retrasarse hasta el 21 (cito de tu texto: “La última vez que fue el 21 fue en 2007, y la próxima será ¡en 2102!”). ¿La introducción de un 29 de febrero cada cuatro años tiene algo que ver con esto? Y si es así, ¿cuál es la razón por la que se demora hasta el 2102 el regreso a la fecha “tradicional” del comienzo del otoño del hemisferio sur? Hay (si no calculo mal) diecinueve “29/feb.” hasta 2102, y el último bisiesto antes de ese año es 2096...
¿Te parece que se podrá explicar esto de manera accesible para un “lego astronómico”?
Sea que sí o que no, igual te agradezco nuevamente tus publicaciones.
Un abrazo!
Horacio Aragona. (Elokupa Renegau, en féibu).
Esto puede ponerse muy, muy, muy complicado, sin necesidad, y es más bien aburrido. Ahora, si realmente querés saber POR QUÉ se demora hasta 2102, no lo sé, no creo que haya una razón verdadera o profunda. Lo único que hice fue revisarlo.
EliminarLo que hay es un montón de efectos superpuestos. Por un lado, el calendario gregoriano, que tiene 365.2425 días (es el año calendario medio, ya que el año civil tiene necesariamente un número entero de días), es 26 segundos más largo que el año trópico medio, que es el año de equinoccio a equinoccio, en una época dada (2000.0 es la referencia actual), y promediado en varias décadas. ¿Por qué promediado? Porque el movimiento de la Tierra es irregular, y los planetas, especialmente Júpiter, lo alteran. Superpuesto a esta irregularidad, cada siglo el año trópico es medio
segundo más corto, por la precesión del equinoccio.
Estos son los principales efectos. Encima de esto está la nutación de la Tierra, la precesión del perihelio, el bamboleo de Chandler, los grandes terremotos... Es algo tremendo. Encima, como es irregular, hay que monitorearlo, no es sólo calcularlo y ya. Existe un organismo con un nombre fantástico: Servicio Internacional de Rotación de la Tierra y Sistemas de Referencia. Usan principalmente una veintena de quasars muy lejanos, el equivalente de las "estrellas lejanas" del siglo XIX. Todas las observaciones y catálogos astronómicos y astronáuticos se refieren a estos sistemas, y es extraordinario que permitan hacer aterrizar una nave espacial en otro planeta con precisión de metros.
Bueno... quizá no haya sido la respuesta que esperaba, pero te agradezco muchísimo que te hayas tomado el trabajo de escribirla. Claro que no era el número en cuestión (2102) lo que me intrigaba; pudo haber sido cualquier otro, y me habría surgido la pregunta igual. Lo que me llamó la atención es que haya razones astronómicas cuyo efecto sea ADELANTAR la fecha del equnoccio, y OTRAS cuyo efecto sea exactamente el opuesto, y que predominen alternativamente, según se ve. Y es asombroso que el resultado de tantos y tantos factores "contradictorios" (digamos) haga irregular el resultado, y haya que monitorearlo porque los cálculos no son suficientes. (El común de la gente -en el que me incluyo, claro- tiende a suponer al Universo como una maquinaria perfecta, de funcionamiento imperturbable... es sorprendente que haya algún espacio para lo aleatorio, al parecer). De nuevo, gracias por la respuesta: me aportó información que desconocía.
ResponderEliminarOtro abrazo!
Cómo no voy a responder, si el blog lo escribo para ustedes, no para mí.
EliminarAcerca de tu sorpresa de la irregularidad del movimieno astronómico, en algún momento contaré algo más. Es ciertamente sorprendente. El movimiento de dos cuerpos (la Tierra y el Sol, ponele) es perfectamente regular y periódico, y resoluble analíticamente desde Newton. Si uno incluye un tercer cuerpo, apenas uno más, se sabía ya en tiempos de Newton que el problema de su análisis se volvía bastaaaaante más complicado. Lagrange y otros lograron resolver casos especiales de tres cuerpos (ver mis notas de Mecánica Clásica, por ejemplo). Buena parte de los avances en la teoría del movimiento durante el siglo XIX, y en la mátemática misma: la teoría de perturbaciones, las transformaciones integrales, etc, se desarrollaron para estudiar las complicaciones que surgen en el movimiento de tres o más cuerpos en interacción gravitatoria. ¡El sistema solar, después de todo, tiene más de un planeta! Así se descubrió Neptuno, por ejemplo, y se trató de explicar el movimiento raro de Mercurio, sin éxito.
Recién a principios del siglo XX Henri Poincaré descubrió que el movimiento de 3 cuerpos era imposible de resolver (es no integrable), y tenía las características de lo que hoy llamammos caos. Recién con los avances de la computación en la segunda mitad del siglo la teoría floreció. Pero claro, a ninguno de nosotros nos la enseñaron en la escuela. Nos quedó la idea de que el sistema solar es un mecanismo de relojería. No es tan así.
Siempre interesante y variado el blog. Muchas Gracias
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