11/10/2025

La máquina de cazar agujeros negros

Hace 10 años, en septiembre de 2015, el Observatorio LIGO detectó por primera vez el paso de una onda gravitacional. Fue un hito revolucionario, comparable a cuando Galileo alzó por primera vez su telescopio al cielo, abriendo una nueva manera de observar el universo. Las ondas gravitacionales habían sido conjeturadas y luego repudiadas por Einstein 100 años antes, predichas por "nuestro" Guido Beck (amigo de Gaviola y profesor del Instituto Balseiro), vislumbradas de manera indirecta en la década de 1970, finalmente fueron detectadas con un experimento increíblemente sensible, descendiente del famoso experimento crucial que demostró la constancia de la velocidad de la luz. A la radiación electromagnética, más las partículas materiales que llamamos rayos cósmicos, se unió una tercera ventana para explorar el universo. Todavía recuerdo una cena en el International Centre for Theoretical Physics a principios de siglo, cuando me senté a una mesa donde había unos astrofísicos discutiendo precisamente las posibilidades del instrumento que en ese momento se encontraba en etapa de diseño, y lo escépticos que eran respecto de sus posibilidades de éxito. Pero lo lograron, y hoy existen otros dos observatorios similares (en Europa y en Japón), todos trabajando en conjunto para detectar la sutilísima pulsación del espacio-tiempo que nos llega de cataclismos astrofísicos casi inimaginables: colisiones de agujeros negros y de estrellas de neutrones. Ya son una "máquina" de observar estos fenómenos, en todos los rincones del universo:

El gráfico muestra los eventos observados a lo largo de la década, junto con su distancia (en miles de millones de años luz, en escala logarítmica), así como la masa de los objetos y la intensidad de la señal codificadas en el tamaño y el color de los símbolos. El enorme aumento de las detecciones se debe, principalmente, a varias mejoras implementadas en los detectores, muchas de ellas usando técnicas revolucionarias diseñadas especialmente, y que sin duda algún día llegarán a dispositivos de uso corriente, como siempre pasa

La mejora de los sistemas se puede apreciar en esta comparación entre la señal observada en septiembre de 2015, con una observada en enero de este año:

En esta figura se muestran las señales medidas (en violeta), junto con la mejor predicción basada en la Relatividad General (en verde). Ambos eventos son similares: la colisión de agujeros negros de entre 30 y 40 masas solares, a algo más de mil millones de años luz. Se puede ver que la observación de 2015 es mucho más fluctuante y ruidosa, mientras que la de 2025 tiene fluctuaciones de mucha menor amplitud superpuesta a la oscilación bien definida correspondiente a la onda gravitacional. 

La extraordinaria calidad de la detección de la nueva onda por encima del ruido de fondo ha permitido, además, mejorar el cálculo de los parámetros que caracterizan al sistema, principalmente las masas de los agujeros negros. El siguiente gráfico tiene las masas en los ejes, con una nube gris que muestra la calidad de la medición de 2015 mientras una nube azul, mucho más concentrada, es la de 2025. 

Pero mejor todavía que esto, es que pudieron medir con precisión la superficie de los agujeros negros: de los dos que chocaron y del tercero que surgió de su fusión. Esto permitió comprobar la validez de un famoso teorema de Stephen Hawking referido a las superficies: el área final tiene que ser mayor que la suma de las iniciales. El siguiente gráfico muestra el notable resultado, que pudo haberle valido a Hawking un premio Nobel:

En 2016, cuando se anunció la primera observación exitosa, escribí una notita en el blog, que recibió un montón de comentarios con preguntas interesantes, que respondí lo mejor que pude. Los invito a revisarlas, ¡y a seguir preguntando! 

 


La noticia del aniversario, de la cual tomé las dos primeras ilustraciones (y el título), es del sitio web de LIGO: Ten Years Later, LIGO is a Black-Hole Hunting Machine.

El paper sobre la comprobación del resultado de Hawking es: Abac et al,  GW250114: Testing Hawking's Area Law and the Kerr Nature of Black Holes, Phys. Rev. Lett.  135:111403 (2025). De allí son los dos gráficos finales. 

04/10/2025

La sombra del titán

En el mito griego, los titanes son dioses de la generación anterior a la de Zeus y el resto de los Olímpicos. Su rey era Cronos, Saturno en la tradición latina. Por eso muchos de los satélites del planeta Saturno tienen nombres de titanes y otros seres mitológicos asociados, como los gigantes. El más notable es precisamente Titán: un mundo enorme, más grande que Mercurio, con una atmósfera densa, nubes, lluvia, ríos y mares. Cuando Saturno se encuentra alrededor de su equinoccio, y tanto los anillos como las órbitas de los satélites (regulares) apuntan hacia el Sol, se puede ver la sombra de la luna gigante transitar sobre las nubes del planeta. Es análogo a nuestras temporadas de eclipses, pero 30 veces más lento. La órbita de Saturno es muy amplia, de manera que los equinoccios están separados por 15 años, en lugar de apenas seis meses como en la Tierra. Así que estos tránsitos son bastante raros. Esta foto fue hecha por Volodymyr Andrienko el 18 de julio pasado:

El satélite puede verse también, con su característico color anaranjado, a la izquierda del planeta. También podemos ver que, desde la Tierra, los equinoccios de Saturno son la peor época para observar los anillos, porque están casi de canto. El equinoccio de Saturno fue el 6 de mayo pasado, y la temporada de tránsitos está a punto de terminar. El décimo y último tránsito de esta temporada será este lunes, 6 de octubre, alrededor de las 2:30 de la madrugada, cuando la sombra aparecerá como un mordisco cerca de uno de los polos, y a la vez se verá al propio Titán transitando por delante del planeta:


¡Aprovechen para verlo, y si pueden, para fotografiarlo! Lamentablemente no pude ver ninguno de estos tránsitos esta temporada, y tampoco podré ver el de esta semana. Para el próximo equinoccio estaré jubilado, tal vez tenga mejor chance. Los tránsitos de Titán seguirán ocurriendo hasta el próximo enero de 2026.

Hace 20 años una navecita europea, llevada a Saturno a caballito del robot Cassini de la NASA, aterrizó suavemente en Titán y transmitió hermosas e intrigantes fotos del descenso hasta la superficie. Esta es una animación del momento en que se posó:

¡Lo que se podría hacer con la tecnología actual! La próxima exploración será el robotito Dragonfly, que llevará un helicóptero a Titán. Se espera que despegue en 2028 y llegue a Saturno en 2034. Esperemos que lo logre, y podamos saber más sobre la geología, la "hidrología" y las posibilidades de vida allí.

 


La foto de Saturno con el tránsito de la sombra de Titán es de Volodymyr Andrienko, y fue destacada en APOD. La simulación del 6 de octubre está hecha con Cartes du Ciel. La animación del descenso de la nave Huygens es de ESA/NASA/JPL/UArizona. Vale la pena ver el video completo del descenso.