23/06/2012

El centro del universo

El centro del universo está en el campus de la Universidad de Nuevo Mexico, en Albuquerque, Estados Unidos. Esta placa de bronce en el piso, con una finísima X marcada en medio, marca el centro exacto. Hay que rendirse ante la evidencia, cortesía de Mr. Bruce Nauman, escultor, y sus patrocinadores, la UNM y la NEA (algo como nuestro Fondo Nacional de la Artes).

Rodeando este punto, verdadero (0,0,0) universal, hay una sobria representación de los tres ejes coordenados X, Y y Z en forma de túneles. La parte negativa del eje Z se interna en el subsuelo, de manera que al pararse en el origen de coordenadas uno puede experimentar la "centralidad". O podía: como se ve en la foto de la placa circular, detrás de la reja (sobre la que uno camina), hay una malla de metal para evitar que paseantes inescrupulosos arrojen basura hacia z → -∞. La verdad, podrían reemplazar la reja por un piso transparente, con lo cual la ilusión sería aun mayor y se evitaría la basura. Mirando hacia arriba uno puede ver la inalterable perfección del cielo de New Mexico.

En 360cities hay una representación interactiva que muestra la vista desde el centro de la escultura. La embebo aquí, pero por las dudas que no funcione, aquí está también el link.
UNM: Center Of The Universe in New Mexico

¿Tiene algún sentido científico todo esto, o es apenas un capricho, una libertad artística del escultor? Durante milenios los hombres que se dedicaron a reflexionar sobre la naturaleza del universo creyeron que, efectivamente, la Tierra estaba en el centro. Tal vez no la Universidad de Nuevo Mexico, por supuesto —aunque habría que revisar la cosmovisión de los indios de los Pueblos— pero sí la Tierra, algún lugar de la Tierra. En la Edad Media, por ejemplo, era común la representación de Jerusalén en el centro del Universo. Con la notable excepción de Aristarco, este estado de cosas se mantuvo hasta el Renacimiento. El genial Nicolás de Cusa, contra toda doctrina, empezó a insistir con que la Tierra no era el centro del universo, ni las estrellas eran su circunferencia. La obra del Cusano fue extraordinariamente influyente en Copérnico, Bruno, Kepler, Galileo, y todo el pensamiento Occidental en general. El hecho de que la Tierra no es el centro del universo finalmente se impuso como fundamental en nuestra cosmovisión, y hoy en día parece ridículo plantear lo contrario. El artista evidentemente juega con este efecto de sorpresa que produce el concepto geocéntrico. Nuevoméjicocéntrico.

La idea de Nicolás de Cusa, sin embargo, es más profunda. ¿Es posible que el centro del universo no esté en la Tierra, pero tampoco en ningún otro lugar? Borges cuenta, en La esfera de Pascal, que aun antes que Nicolás de Cusa otro teólogo, Alanus de Insulis, había acuñado que "Dios es una esfera inteligible, cuyo centro está en todas partes y su circunferencia en ninguna". Esta idea resurgió una y otra vez hasta que Blas Pascal la plasmó en su encarnación más famosa: "La naturaleza es una esfera infinita, cuyo centro está en todas partes y la circunferencia en ninguna".

La cosmología moderna, que no deja de dar una sorpresa tras otra, se encargó de sancionar este principio filosófico con rigor científico durante el siglo XX. Toda la evidencia observacional y su sustento teórico enseñan hoy que el universo, inmensamente grande, dotado de una compleja estructura y con un contenido todavía en parte misterioso, finito en el tiempo y en expansión, luce exactamente igual para cualquier observador, en cualquier parte, en cualquier momento. Este principio, llamado principio cosmológico, tuvo su primer sustento experimental con la extraordinaria uniformidad del fondo cósmico de microondas (descubierto en 1964), que es una reliquia electromagnética de los primeros años del universo. Una multitud de observaciones sobre la distribución de galaxias en las escalas más grandes del universo complementan la de la radiación de fondo.

El centro está en todas partes. Entonces, con justa razón, está en el campus de la Universidad de New Mexico, a pocos metros de la Duck Pond, junto al Ortega Hall.


La imagen de la radiación cósmica de microondas es de la NASA/WMAP, en el dominio público. No se dejen engañar por su aspecto heterogéneo: representa pequeñísimas variaciones alrededor del valor medio (variaciones perfectamente explicadas por la cosmología).

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