Ha pasado más de un año desde que New Horizons exploró el sistema de Plutón en julio de 2015. Finalmente, a 1 kilobit por segundo y un millonésimo de picowatt (la potencia de cada molécula individual que contrae la fibra muscular), todos los datos recolectados durante el sobrevuelo han terminado de llegar a la Tierra. El 25 de octubre pasado llegó el último de los más de 50 gigabits de datos. Hace un par de semanas New Horizons entró en hibernación por varios meses, mientras sigue en camino a su próximo destino en el Cinturón de Kuiper (o de Fernández).
Plutón, Caronte y las lunitas se han convertido, como ha pasado con cada cuerpo explorado del sistema solar, en lugares. Y los lugares necesitan nombres.
Si bien todavía no hay un pronunciamiento oficial de los responsables de la toponimia extraterrestre (la División de Nomenclatura del Sistema Planetario, de la Unión Astronómica Internacional), recientemente la UAI aprobó los temas que New Horizon propuso para categorías de accidentes geográficos (cráteres, montañas, planicies, etc.), a designarse según:
Nombres mitológicos del Inframundo.
Dioses y otros seres relacionados con el Inframundo mitológico y literario.
Nombres del Inframundo y sus lugares.
Héroes y exploradores del Inframundo.
Científicos e ingenieros asociados con Plutón y el cinturón de Kuiper.
Naves y misiones pioneras de la exploración espacial.
Pioneros que cruzaron nuevos horizontes en la exploración de la tierra, el mar y el cielo.
Para Caronte hay algo parecido:
Destinos y etapas de viajes de ficción, espaciales y de otras exploraciones.
Naves ficticias y mitológicas de viajes espaciales y otras exploraciones.
Viajeros y exploradores ficticios y mitológicos.
Autores y artistas relacionados con la exploración espacial, especialmente de Plutón y el cinturón de Kuiper.
Para las lunas menores (observadas en menor detalle) se prevé una sola categoría. Para Estigia, dioses fluviales; para Nix, deidades nocturnas; para Cerbero, perros de la literatura, la mitología y la Historia; para Hydra, serpientes y dragones legendarios.
Pero los astrónomos, geólogos e ingenieros necesitan los nombres mucho antes. No van a andar diciendo: "ése cráter de ahí", "¿cuál, el que está justo al norte de las montañas bajitas que veíamos ayer?", "no, el que está cruzado por una barranca". Sería imposible entenderse. Así que apenas llegan las fotos de cada nuevo cuerpo visitado por un robot, su cartografía se llena de nombres informales que, si cumplen con las reglas de la UAI, terminan oficializándose. El mapa actual de Plutón es fascinante:
Es un recorte, y los nombres igual se ven un poco chicos. Vale la pena descargarlo para verlo mejor. El gran corazón cremita con el que nos recibió el maltratado planetita, y que nos sorprendió a todos en julio de hace dos años, recibió apropiadamente el nombre del descubridor: Región de Tombaugh. Hay otros personajes asociados a la historia de Plutón, tal como requiere una de las categorías: la región de Lowell (por el millonario aficionado a la astronomía que creó el observatorio donde se descubrió Plutón en 1930), el cráter Burney (por Venetia Burney, quien lo bautizó), el cráter Oort (por el astrónomo que propuso la existencia de una nube de cometas más allá de Plutón), y otros. La lista completa y explicada puede descargarse de Our Pluto. En la categoría de naves espaciales históricas encontramos la pampa del Sputnik, las tierras del Pioneer, del Viking, del Hyabusa, del Voyager y del Venera, las colinas del Columbia, del Soyuz y del Challenger. También están allí los montes Hillary y Norgay, los primeros montañistas en llegar a la cima del Everest. Me gustan. ¿Quién será el primero en viajar desde Balrog hasta Cthulhu?
Pero donde la plutonidad alcanza su máximo geekismo es en Caronte, donde uno puede simplemente caminar hasta Mordor, que ocupa todo el casquete polar norte:
En la luna gigante encontramos artistas de ciencia ficción (los cerros Clarke, Kubrick y Butler), personajes y lugares de Star Trek (el altiplano de Vulcano, los cráteres Kirk, Uhura y Spock), de Star Wars (los cráteres Vader, Skywalker y Leia Organa), de Alien (el cráter Ripley superpuesto al cañón del Nostromo), de Dr Who (el cañón Tardis cruza la mácula Gallifrey). Además de Nemo, Alice, Serenity...
El mapa achata un poco el relieve, pero en esta foto en colores reales los dos cañones son impresionantes, así como la roja mancha de Mordor ocupando todo el casquete norte.
Estas toponimias fantásticas no son inusuales en la Tierra, después de todo. He aquí el mapa de un barrio de Geldrop, en Holanda, donde todas las calles se refieren a los personajes de la Tierra Media de Tolkien.
¿Resistirán estos nombres la inspección de los miembros de la División Nomenclatura? ¡Espero que sí! ¡Y que le pongan Pluto a algún cráter de Cerbero!
Los mapas son de Our Pluto. Los nombres fueron elegidos por votación pública en su sitio. Conocí el mapa de Geldrop en Strange Maps.
¿Habrá en Caronte alguna esquina que lleve el nombre del Capitán Beto :) ?
ResponderEliminarwww.youtube.com/watch?v=38jG_1bELEs
¡Ay, ojalá!
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