05/08/2017

La Inmaculada y la Maculada

En Roma hay cuatro basílicas papales, las del más alto rango entre las iglesias católicas: San Pedro (en el Vaticano), San Giovanni in Laterano (la catedral de Roma, una archibasílica que ostenta el título de Madre y Cabeza de Todas las Iglesias de la Ciudad y del Mundo, niente meno), San Pablo Extramuros (un poco lejos, como su nombre lo indica, así que no fui), y Santa María Maggiore, muy cerca de Roma Termini, que parece una iglesia incrustada en un palacio.

Lo que me llevó a visitarla fue un detalle particular: la cúpula de la Capilla Paulina, pintada al fresco por Ludovico Cigoli. Me encontré con que estaba destinada a la oración de los fieles, así que me quedé afuera para poder sacar fotos. No pude ver la cúpula entera, pero por suerte sí la parte que me interesaba. Ahí en medio vemos una Inmaculada, ahora se las muestro más grande.

Como corresponde a una iglesia de semejante categoría, todo es enorme. De manera que para verla en detalle tuve que recurrir a un artilugio popularizado por un amigo del artista: tuve que usar un pequeño telescopio. Sí, Cigoli era gran amigo de Galileo Galilei, quien lo consideraba el mejor pintor de su época.

La Virgen aparece representada, según una iconografía habitual desde la Edad Media, como la Mujer del Apocalipsis: "En esto apareció un gran prodigio en el cielo, una mujer vestida del sol, y la luna debajo de sus pies, y en su cabeza una corona de doce estrellas" (Revelación, 12).

Efectivamente, está parada sobre la Luna. Pero no cualquier luna. Cigoli pintó LA Luna, la que su amigo había mostrado, a través del telescopio, en toda su rugosa mundanidad.

La representación habitual de esta escena muestra siempre una Luna lisa, una Luna celestial, hecha de una materia perfecta, divina y distinta de la Tierra. Las evidentes manchas de su superficie, que vemos incluso sin telescopio, se atribuían a que por su proximidad su superficie impoluta reflejaba las imperfecciones terrestres. Aquí hay varias que fui fotografiando en Roma. La de Cigoli bien podría ser la única del mundo con una Luna realista.


He aquí el detalle, rotado y conformado para recuperar la esfericidad perdida por la perspectiva. Podemos ver numerosos cráteres en la parte iluminada, inclusive algunos con sus macizos centrales, y especialmente a lo largo del terminador (la línea que separa el día de la noche lunares). Y en medio de la oscuridad de la noche sobresalen los picos iluminados de las montañas, las que Galileo midió con notable exactitud como más altas que los Alpes. Vemos, inclusive, que la noche lunar no es tan oscura como los pliegues más oscuros del vestido: es tal vez la luz cenicienta, que Galileo también señaló en sus observaciones.

A mí me parece que la Luna representada por Cigoli no es ninguna de las cinco que figuran en Sidereus Nuncius, donde Galileo da cuenta de sus primeros descubrimientos astronómicos. Ésas son cuatro lunas en cuarto y una creciente de cuatro días. Para mí que es esta otra, una luna de cinco días que aparece en segundo lugar en las acuarelas cosidas al manuscrito de Sidereus Nuncius. Es probablemente una observación del 1 de diciembre de 1609, tal vez la segunda a través del telescopio.

Reproducida en el Virtual Moon Atlas se ve así. Dos grandes cráteres en el terminador podrían estar en la pintura de Cigoli: Picolomini o Fracastorius.

La naturaleza de la Luna como un mundo con montañas, valles y planicies fue uno de los mayores descubrimientos de Galileo. Al observar que la Luna era como la Tierra, naturalmente eso quería decir que la Tierra era como la Luna: un astro vagabundo, un planeta, aunque montados sobre ella no lo notemos. El copernicanismo cobraba ímpetu al recibir evidencia física. En pocos años llevaría a Galileo a escribir el Diálogo sobre los dos Sistemas del Mundo, y al consiguiente juicio y condena a prisión domiciliaria de por vida, fijate un poco. Mientras tanto la manifiesta injusticia de su condena quedaba plasmada artísticamente allí arriba, en un rinconcito de una de las iglesias más sagradas de la Cristiandad.


La datación de las observaciones de Galileo es complicada. Mi favorita es la de Whitaker, Galileo's Lunar observations and the dating of the composition of "Sidereus Nuncius", J. His. Astron. 9:155-169 (1978).

También es interesante The Virgin and the Telescope: The Moons of Cigoli and Galileo, de Booth y van Helden, Science in Context 14:193-216 (2001).
 
Las fotos son mías. La acuarela de la Luna es de Galileo. La simulación de la Luna está hecha con el Virtual Moon Atlas

9 comentarios:

  1. Linda historia de arte y resistencia. Me recuerda a las poco católicas serpientes emplumadas que aparecen entre las barroqueces de algunas iglesias mexicanas.

    ResponderEliminar
  2. Anónimo9/8/17 18:31

    Hermosa nota, Guillermo. Me encanta esta sinergia entre ciencia y arte! Silvia Collazo Corso.

    ResponderEliminar
  3. mirá como en 1979 ya hablaban de este que se viene ahora https://www.youtube.com/watch?time_continue=556&v=gAacZoIJUN0

    ResponderEliminar
  4. iba en el post eclipses, eclipses...

    ResponderEliminar
  5. Hermosa y singular historia... asombra que se les haya pasado a censores e inquisidores un detalle tan manifiesto! Gracias, Guillermo!

    ResponderEliminar
  6. Guillermo, hace unos meses quiero hacerte una pregunta sobre el modo en que se ve la luna, creciente o menguante, en las zonas cercanas al ecuador. La pregunta surgió por unos comentarios con una amiga que viajó por Costa Rica este verano. Suponía yo que la vería como en el hemisferio norte, porque estaba unos grados al norte del Ecuador...pero no es así. El cuarto menguante se ve como U ( o una tajada de sandía con las puntas para arriba según el decir de esta amiga) cuando sale, y como U invertida cuando se pone...y al revés el cuarto creciente.
    La luna que tiene a sus pies la Inmaculada parece una luna menguante cuando sale o creciente cuando se pone, en zonas cercanas al Ecuador, y por eso me animo a preguntarte ahora.
    A mi amiga le pedí que saque fotos en varios momentos del día ( era luna menguante y se veía perfectamente bien) para saber cuando cambiaba de posición...pero no logró captar ese momento. He intentado imaginarme ese cambio con el movimiento de mi mano pero tampoco he podido.
    Acudo entonces a tu inmensa comprensión, conocimiento y generosidad...cómo es que se ve así y sobre todo ese darse vuelta al ponerse?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Efectivamente, la luna se ve distinto dependiendo del lugar, y también de la hora. Una luna menguante se ve como una D desde el hemisferio sur, cuando la vemos hacia el horizonte del norte (entre el NO y el NE). Pero cuando sale la vemos hacia el este. La luna no rota en el cielo, no "se da vuelta", pero nosotros sí (del norte al este, unos 90 grados) así que la vemos con los cuernos hacia arriba, como una U. Y cuando se pone, giramos para el otro lado, y la vemos ponerse con los cuernos hacia abajo. Desde el otro hemisferio, con respecto a nosotros están con los pies hacia arriba, así que la ven como si nosotros nos pusiéramos en vertical. Y desde el ecuador, como si estuviéramos acostados. Es fácil simular esto en Stellarium, fijando la luna (seleccionarla y apretar espacio), y cambiando la hora, el día y la posición en el planeta. La luna está siempre igual, con la parte iluminada puntando hacia el Sol, pero como la Tierra es redonda, cambia nuestro punto de vista.

      Eliminar
  7. Muy clara tu explicación. Yo no tenía en cuenta nuestra rotación. Gracias por hacérmelo notar. Intentaré simular con Stellarium un recorrido completo que la ciudad me impide ver. En ésta y otras latitudes. Gracias, nuevamente.

    ResponderEliminar