Esta es la tercera parte de esta nota larga. Acá están la Primera parte (ángulos en el cielo) y la Segunda parte (coordenadas celestes).
Direcciones en el cielo
Vale la pena, ahora que sabemos medir ángulos en el cielo, pensar un poco en las direcciones en el cielo. En la esfera terrestre podemos movernos hacia el norte, el sur, el este o el oeste, y nos resulta clarísimo lo que significa cada una de estas cuatro direcciones básicas. En el cielo, a partir de una estrella también podemos movernos en estas cuatro direcciones básicas, y están perfectamente definidas. Pero no resulta del todo obvio lo que significa cada una en términos geográficos. Veamos.
Moverse hacia el sur en el cielo significa, naturalmente, desplazarse en una dirección que nos acerque al polo sur celeste. Nos movemos en la esfera celeste, claro está. No nos movemos sobre la superficie terrestre en dirección a la Antártida. ¿Está claro? Veamos la figura. Desde la estrella A la dirección “hacia el sur” es la indicada por la flecha. Una nebulosa ubicada “10° al sur” de la estrella A estará a “un puño” de distancia a lo largo de esa flecha. Asimismo, la dirección “hacia el sur” de la estrella B también está marcada con una flecha. ¡Observen que parece señalar en la dirección opuesta a la anterior! Parece, pero no. Ambas apuntan en la dirección del polo sur celeste; son direcciones en la esfera celeste. (En estas figuras —habrán notado— así como en las anteriores y las siguientes, están marcadas las líneas que sirven de guía para ubicarse con las coordenadas de ascensión recta y declinación: las que pasan por el polo o apuntan hacia él son las líneas de ascensión recta, y los círculos alrededor del polo son las líneas de declinación.)
Las direcciones “hacia el este” y “hacia el oeste” son al principio más confusas todavía. La siguiente figura (izquierda) muestra la dirección “hacia el oeste” de una estrella que vemos sobre el horizonte del este (el horizonte del este terrestre, com indica el punto cardinal E rojo en la figura). ¡Es una flecha apuntando hacia arriba! Claro, a lo largo de las esfera celeste, esa es la dirección para ir al oeste... De la misma manera, la dirección “hacia el oeste” de una estrella a cierta altura sobre el horizonte del oeste es la flecha que vemos, apuntando hacia abajo, en la figura de la derecha...
En las regiones cercanas al polo celeste es fácil hacerse un lío: “hacia el oeste” son las direcciones marcadas con las flechas. Por ejemplo, la Cruz del Sur se encuentra al oeste de sus Punteros, como se indica, lo cual significa que en esa época del año (noviembre, con la Cruz cerca del horizonte) la flecha parece señalar al “este”... claro, al “este” geográfico. Pero en el cielo esa dirección es siempre “al oeste” en cualquier época del año. Es la dirección en la que disminuye la ascensión recta.
Mirando a través de un telescopio correctamente “puesto en estación” (alineado con el eje de rotación de la Tierra) es posible visualizar las cuatro direcciones básicas aún cuando veamos la imagen invertida. Uno podría pensar que es un lío, pero es muy fácil. La montura ecuatorial de un telescopio puede moverse alrededor de dos ejes. Uno de ellos es el eje polar, que en nuestro hemisferio apunta al polo sur celeste. Rotando alrededor de este eje cambia la ascensión recta a la que apunta el telescopio. El otro eje es perpendicular al eje polar, y rotando alrededor de él cambia la declinación a la que apunta el telescopio. Movamos un poquito el telescopio alrededor de este último. Podemos hacer que el telescopio apunte hacia una dirección más cercana al polo sur celeste, o más lejana a él. Esas direcciones son “hacia el sur” y “hacia el norte” respectivamente. Si miramos a través del ocular y vemos una estrella, y le damos un empujoncito al telescopio “hacia el norte” veremos a la estrellas moverse “hacia el sur”, ¿verdad? O sea: apunto el telescopio un poquito más hacia el norte, así que la estrella me queda un poquito más “al sur”, que es la dirección contraria a la que empujé el telescopio (miren hacia la izquierda: la pantalla de la computadora se movió hacia la derecha, ¿no?). De esta manera podemos identificar las cuatro direcciones básicas mirando a través del ocular del telescopio. Podemos inclusive fabricar un disco de cartón con las cuatro direcciones y montarlo alrededor del ocular. Después buscamos las direcciones de la manera que dijimos, y acomodamos el disquito de manera que no necesitamos acordarnos de nada. Ojo, si cambiamos mucho la dirección a la cual estamos apuntando el telescopio, tenemos que volver a calibrar las direcciones y el disquito... recuerden lo que pasaba en esta figura.
Concluye con la Cuarta parte...
Hola Guillermo, un gusto saludarte. Cuando observas el cielo, obviamente aprendes a ubicar los objetos con el tiempo de observación, como Tú dices, se aprende practicando. Yo lo comparo como cuando llegas a vivir a una gran ciudad, primero aprendes donde queda el Aeropuerto, El Hospital, El Museo, La Biblioteca, La Universidad (la Estrella Polar, la Cruz del Sur, las Pléyades, Sirio o Venus y Marte ¡Aunque estos últimos se muevan!) luego aprendes donde queda un pequeño centro comercial, el cine más cercano, otras universidades y escuelas, cerca de los otros sitios conocidos (serian como las constelaciones del zodiaco o encontrar Betelgeuse), y a medida que pasa el tiempo vas conociendo tu vecindario y lugares menos importantes o lejanos, y puedes dar sus direcciones. Ustedes los astrónomos serian como los taxistas o los urbanistas, que se conocen todos los recovecos de la ciudad (o casi todos) pues lo practican a diario, ¿Quieres saber de un lugar? Pregunta a un Taxista o a Google Maps, así lo veo.
ResponderEliminarConsulta respecto al tema. ¿Es recomendable o útil ver una representación esférica del cielo, como un globo terráqueo?, ¿Cómo se vería? ya que el cielo es una esfera pero visto desde adentro, no de afuera, ¿Existen? ¡Curiosidad¡
Solo quiero comentarte nuevamente (ya te he escrito antes) que no soy Astrónomo y sinceramente no se mucho, pero me encanta esta disciplina, es como el ajedrez, puede ser un trabajo, un deporte, un hobby y especialmente una ciencia, todo a la vez. Un saludo desde Managua Nicaragua.
Hola, Jorge. Tal cual: los aficionados somos los taxistas, conocemos el cielo de memoria.
EliminarEn cuanto a globos del cielo, por supuesto que existen. Los primeros atlas celestes fueron así, por ejemplo los que vemos en esculturas a hombros del Atlas mitológico. Es el caso del que parece ser el atlas perdido de Hiparco, que conté aquí en el blog. En el Planetario de Buenos Aires hay un globo precioso, de principios del siglo XX, una esfera de vidrio con un sistema solar mecánico de bronce en el centro, que siempre se llamó simplemente "el Copernicano". Hoy en día son curiosidades, a nadie se le ocurriría usar uno para encontrar un objeto en el cielo.
¡Saludos!
Gracias
Eliminar