28/05/2016

El código de la Luna

En el Museo de Arte Moderno de Nueva York uno va primero a ver La Noche Estrellada. Obviamente: para eso ha venido a Nueva York. Pero después, ya que está, uno recorre todo el museo. Y de golpe se encuentra con esto:


La obra mide unos 3 metros de alto. ¡Una pared llena de fotos de la Luna! Casi en seguida el lunático embelesado se da cuenta de que no es un calendario lunar, que las fases están mezcladas, y que cada tanto hay símbolos ortográficos: varias comas, un dos puntos, y un punto final. ¡Es una oración! ¡Escrita en código lunar, con las fases representando letras!

¿Qué dirá? Se trata seguramente de un código de substitución, en el que cada letra es substituída por un signo arbitrario (que puede ser otra letra). Si el texto es suficientemente largo las regularidades estadísticas de los lenguajes humanos permiten deducir la mayor parte del código y reconstruir el texto (a veces sí, y a veces no). Este párrafo no es muy largo, pero uno mira atentamente y ve grupitos de lunas separados por "lunas nuevas", signos completamente negros que seguramente representan los espacios del texto. Ya es algo.

Pero el champollion lunático deduce algo más: el alfabeto tiene 26 letras. 27 en español contando la eñe y sin contar los dígrafos. Más el espacio, son 28. Una lunación son 29 días y medio, digamos 29 días, y quien dice 29 dice 28, cuatro semanas. Un día de la lunación por cada letra. ¿Será?

Es. Estoy segurísimo de que es lo que pensó el autor: una foto cada día de un ciclo lunar da un código de substitución. Aparentemente el propio autor tomó las fotos (¿cuántos de nosotros, lunáticos consagrados, lo hemos hecho, día por día durante los 28 días con Luna?). Y, para ayudar a los perezosos, el código se exhibe en la pared de al lado. Acá está el alfabeto lunar. Tres por nueve veintisiete, más una luna nueva veintiocho. Sólo hay que leer el código y traducir la frase.

Pero el museo es grande, Nueva York es enorme, y el tiempo es precioso. Así que chak chak, fotos, y lo haremos luego. Hoy, ponele, un año más tarde. No es fácil. Tal vez por la calidad de mis fotos, o porque hay fases muy parecidas, mi primer intento no fue del todo exitoso. Me dio esto:
WHEN VE PULVESIZE WORDS, WEAT IS MEET IS NEITHER NESE NOISE NOR ARAHURARY, PURF FLENENTS, BWV STIKL OTHER VORER, SEFLECUHON OF AN INVISIBLE AND YFU INEFLIBLE SEPRERENTATHON: THIS IS THE NYUH IN VHICH WE NOW TRANOST OBSCURE AND SEAL ROWEST OF LANEWAFE.
Bueno, al menos se reconoce que está en inglés. Imaginando que los errores se deben a confundir fases de días vecinos, no me resultó tan difícil descifrar el texto:
When we pulverize words, what is left is neither mere noise nor arbitrary, pure elements, but still other words, reflection of an invisible and yet indelible representation: this is the myth in which we now transcribe the most obscure and real powers of language.
"Cuando pulverizamos las palabras, lo que queda no es ni mero ruido ni elementos puros, arbitrarios, sino otras palabras, reflejo de una representación invisible pero indeleble: el mito en el cual transcribimos los más oscuros y reales poderes del lenguaje."

Una frase maso, capaz que yo hubiera elegido otra. "Todos estos mundos son suyos...", "Cultivo una rosa blanca...", "Oíd mortales el grito sagrado...". Pero el autor, evidentemente un artista conceptual, eligió decir lo que dijo, y ahí está.

A propósito, ¿quién es el autor? El alfabeto tiene eñe, así que seguramente es un hispanohablante. Lo cual no tiene nada de raro, por supuesto. Pero uno, lunático argentino aficionado al arte, no deja de asombrarse al leer el cartelito junto a la obra. El autor es Leandro Katz, cineasta, fotógrafo y artista plástico argentino que vivió más de 40 años en Nueva York, y que actualmente vive en Buenos Aires. ¿Lo conocen? Su catálogo incluye las siguientes películas: Twelve Moons (& 365 sunsets), Moonshots, Moon notes y Mirror on the Moon. Un lunático, evidentemente.

En los museos de Nueva York, como de cualquier otro lado, hay abundantes lunas. En el mismo MoMA está la de la Noche Estrellada que ya visitamos. En el Met encontré un viejo conocido, un cuadro de uno de mis pintores románticos favoritos, Caspar Friedrich, Dos hombres contemplando la Luna. La versión que vi en Dresden me gustó más, me parece (han pasado muchos años). Observen con cuidado: además de una delgada creciente con luz cenicienta se ve una estrella. Seguramente es el planeta Venus, que también creímos ver en el cuadro de van Gogh. ¡Pero que pinturas tan distintas entre sí! Y no sólo porque una mira al Este (¿cuál?) y la otra al Oeste, claro está.


Los comentarios, por favor, los dejan en código lunar. Y si alguien descubre qué día de los 29 del ciclo lunar se salteó Katz en su alfabeto, que avise. Gracias.


Las obras son Lunar Alphabet II y Lunar Sentence II, de Leandro Katz, en exhibición en el MoMA, y Two men contemplating the Moon, de Caspar David Friedrich, en exhibición en The Met. Fotos mías.

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