La semana pasada el guardia del Centro Atómico, cuando me toma los datos para salir, me dice "¿Qué onda el atlas-tres-i?" Los cometas, que normalmente no exceden el nicho de los astrónomos, cada tanto alcanzan a toda la sociedad. Ahora está en boga el 3I/ATLAS, del que ya hemos hablado, y tal vez volvamos a hablar. La cuestión es que siempre los cometas han dado miedito: suelen aparecer de manera inesperada, y durante milenios no se sabía siquiera qué eran. Pero incluso en épocas modernas han causado terror. Uno de ellos fue el cometa Biela (3D/Biela), descubierto en 1772 por Messier. Recién en 1826 Wilhelm von Biela, que volvió a observarlo, logró determinar que era un cometa periódico (como el ya conocido Halley), pero con un período inusualmente corto: 6 años y tres cuartos. La órbita del Biela cruza la órbita de la Tierra. Obviamente, eso no quiere decir que vaya a chocar con la Tierra: para que eso ocurra, el cometa debería cruzar la órbita de la Tierra en el mismo momento en que la Tierra se encuentra en el lugar del cruce. ¡La Luna cruza la órbita de la Tierra dos veces por mes, y a nadie se le ocurre que vaya a chocarnos! De todos modos, Wilhelm Olbers calculó en 1828 que, 2500 años después, podría ocurrir un choque, lo cual preparó el terreno para que, en la siguiente aparición, se desatara el terror. Era 1832, no 4328, pero a quién le importa. Los astrónomos calcularon con precisión que la coma (la atmósfera de vapores que luego se extiende formando la cola) intersectaría la órbita de la Tierra el 29 de octubre. Por más que el físico François Arago se empeñó en anunciar que la Tierra no pasaría por allí hasta el 30 de noviembre, el público entró en pánico, y eso que no había ningún astrofísico de Harvard anunciando la llegada de los Amos de la Galaxia. ¿Quién sabía qué pestes podían desencadenar los vapores del cometa, si inundaran la atmósfera?
Lo mismo ocurrió durante el regreso del cometa Halley en 1910, cuando la Tierra realmente atravesó la cola del cometa. Para entonces los astrónomos ya habían descubierto que en la cola de los cometas hay cianógeno, un precursor del cianuro, y nuevamente la gente entró en pánico. A pesar de las palabras tranquilizadoras de los astrónomos, no faltaron los vivillos que vendieron píldoras anticometa y máscaras de gas.
A lo largo del siglo XX surgió el mito de los extraterrestres, y los cometas se convirtieron en un vehículo ideal para su arribo, como ahora. En 1996, una foto mal hecha del magnífico cometa Hale-Bopp llevó a algunos a creer que era una nave extraterrestre. Los miembros de una secta new age llamada Heavens Gate interpretaron que venían a llevárselos, y 39 de ellos se suicidaron para "teletransportarse" al cometa/nave. Que yo sepa, nada de esto ha ocurrido aún con el 3I/ATLAS.
Volviendo al cometa Biela, en su siguiente aparición en 1846, los astrónomos observaron que se había fragmentado en dos partes, que empezaron a separarse lentamente, siguiendo órbitas parecidas. Lo mismo acaba de ocurrir con otro cometa ATLAS, el C/2025 K1, que a lo largo de noviembre se fragmentó en tres o más partes:
La fragmentación del cometa Biela reabría la posibilidad de que realmente chocara con la Tierra, ya que la órbita de los fragmentos resultaría algo modificada con respecto a la que había calculado Arago. En 1852 los dos fragmentos regresaron puntualmente, cada vez más separados. ¿Qué acabaría ocurriendo? La siguiente órbita lo acercaría a la Tierra en 1859: ninguno de los dos fragmentos apareció. Tampoco en 1865: el cometa Biela había desaparecido. Pero en la órbita siguiente, en 1872, justo el día en que la Tierra cruzaba su órbita, hubo una gran lluvia de meteoros (3000 por hora). Evidentemente, el cometa se había desintegrado por completo y los pequeños fragmentos, que resultaban invisibles a la distancia, iluminaron la atmósfera cuando la Tierra se los llevó por delante. Finalmente, y de manera inofensiva, el cometa Biela había chocado contra la Tierra. Con el paso de las décadas estos "biélidas" se fueron desvaneciendo, y hoy ya no se los ve. A fines de noviembre tenemos ahora los Alpha Monocerótidas, de los cuales vi varios, muy brillantes, en la noche del 21 (incluso uno que cruzó el cielo dejando una larguísima estela blanca, hasta explotar y producir un penacho de meteoros anaranjados).
La foto del 3I/ATLAS es de Rolando Ligustri.
La foto del cometa Halley en 1910 es de Harvard College Observatory.
La foto del cometa Hale-Bopp es mía mía mía.
La animación de fotos del cometa C/2025 K1 (ATLAS) es de Michael Jäger (no confundir con Mick Jagger).
La lluvia de biélidas es una pintura de Amédée Guillemin, Le Ciel (1877).

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