22/05/2021

AD 536

¿El 2020 te pareció el peor año posible? ¿O el 2021 es peor? La humanidad ha vivido años peores, y tal vez el peor en tiempos históricos haya sido el 536. No el 2020, con más de dos millones y medio de muertes por covid-19 y la economía mundial paralizada. Tampoco 1918, cuando la pandemia de gripe mató entre 50 y 100 millones de personas. Ni siquiera 1349, cuando la peste bubónica arrasó con la mitad de la población de Europa. Historiadores y arqueólogos sostienen que el peor año fue el 536, cuando Justiniano era Emperador y resistía en Constantinopla el embate de las invasiones de los pueblos germánicos.

A los que tuvimos la suerte de poder ir al eclipse total de Sol en diciembre de 2020, los dos minutos de oscuridad nos parecieron lo mejor de un año horrible. Quince siglos atrás el eclipse duró 18 meses. OK, no fue un eclipse astronómico, pero la atmósfera se veló y la oscuridad se apoderó de Europa, Medio Oriente y vastas regiones de Asia. Fue el año más oscuro de la proverbial Edad Oscura: "El Sol iluminó sin brillo, como la Luna, durante todo el año, y parecía más bien un Sol eclipsado", escribió el historiador Procopio en la Historia de la guerra contra los vándalos. Nevó en verano, fracasaron las cosechas y hubo hambruna. De remate, en 541 se desató una epidemia, la "plaga de Justiniano", que mató entre un tercio y la mitad de la población del Imperio Bizantino.

¿Qué pasó? ¿Qué fué esa rara niebla que desató la calamidad? Un análisis ultrapreciso del hielo en las profundidades de un glaciar en los Alpes suizos muestra que una erupción cataclísmica en Islandia cubrió de cenizas el hemisferio norte en 536. Otras dos erupciones masivas, en 540 (tal vez en El Salvador) y 547, más la peste, reforzaron la catástrofe social y económica que tardó un siglo en superarse. Recién en el año 640, según el hielo antiguo, un aumento en el plomo atmosférico delata el resurgimiento de la minería de la plata y la salida de la crisis.

Tal vez fue el caso histórico más parecido a un "invierno nuclear", o a los eventos que puede desatar la erupción de un supervolcán (como la del Toba hace 75000 años) o el impacto de un gran asteroide, como el que posiblemente produjo la extinción del fin del Cretácico hace 66 millones de años. 

En Bariloche tuvimos una muestra gratis de algo similar en 2011, cuando las tefras del Cordón Caulle nos sepultaron primero bajo una gruesa capa de arena volcánica y nos mantuvieron inmersos en ceniza flotando en el aire durante meses. Dos temporadas turísticas fracasaron, y el aeropuerto estuvo cerrado durante 9 meses, casi igual que en 2020. 



Me enteré de estas cosas en Gibbons, Why 536 was the worst year to be alive?, Science (2018). De allí saqué la figura de la cronología.

También es interesante Kornei, 'Mystery' volcano that cooled the ancient world traced to El Salvador, Science (2019).

Y sobre los contaminantes como indicadores de actividad económica: Loveluck et al., Alpine ice-core evidence for the transformation of the European monetary system, AD 640–670, Antiquity (2018) 92:1571-1585.

La foto del centro de Bariloche es de un día típico del invierno del 2011, a eso de las 3 de la tarde. No se ve a 100 metros.

2 comentarios:

  1. qué datos tan buenos , interesantes y desconocidos....!! siempre tan puntual vos !! ¡¡felicitaciones !!

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  2. Se que estamos hablando de épocas remotas porque en la foto de Bariloche se ve un colectivo de 3 de mayo.

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