23/10/2021

150 años del Observatorio de Córdoba

Esta semana cumple 150 años el Observatorio Astronómico de Córdoba, una de las instituciones científicas más antiguas de la Argentina, y que fue durante muchos años uno de los más importantes del hemisferio sur. Su primer director fue el astrónomo norteamericano Benjamin Gould, quien se acercó a Sarmiento cuando éste era embajador en Estados Unidos con su propuesta. Gould era un astrónomo muy bien formado en los mejores observatorios europeos, particularmente interesado en uno de los programas importantes de la astronomía mundial de la segunda mitad del siglo XIX: poner la astronomía del cielo sur al nivel que se encontraba la del boreal, ya que la inmensa mayoría de los observatorios se encontraban en el norte. Cuando Sarmiento llegó a la presidencia, el observatorio astronómico fue una de las muchísimas iniciativas de desarrollo educativo y cultural que llevó a cabo.


Gould y su equipo llegaron a Córdoba cuando la infraestructura del Observatorio todavía estaba en construcción. Como desde siempre en la Argentina, los trabajos tardaron mucho en terminarse, y ni hablar de la instalación de los instrumentos. Pero Gould no iba a quedarse de brazos cruzados: inmediatamente comenzó el trabajo científico usando instrumentos portátiles, muchos de ellos prestados. Su primer resultado fue sensacional: la Uranometría Argentina, que venía a complementar la Uranometria Nova publicada por Argelander en Berlín (ambas herederas de la primera Uranometria, la de Bayer). Se trata de un catálogo y mapas de casi 8000 estrellas hasta magnitud 7, y hasta 100 grados del polo sur celeste. Es en esta obra, en una larga discusión al final sobre la estructura de la Vía Láctea, que Gould describe lo que hoy llamamos el Cinturón de Gould, del que ya hemos hablado. El trabajo fue aclamado por la comunidad astronómica internacional, y recibió una medalla de oro de la Royal Society en 1883 y otros premios académicos en los años que siguieron. Cuando la Unión Astronómica Internacional estableció formalmente los límites de las constelaciones en 1930, se basó en los límites de los mapas de Gould para todo el hemisferio austral. En la Uranometría Argentina, y a regañadientes, Gould liquidó definitivamente la constelación de Argo: "The total abandonment of the venerable constellation Argo has caused me much regret".

En años sucesivos, a medida que se instalaron los nuevos instrumentos (como este exquisito círculo meridiano Repsold de 12 cm), se completaron nuevas obras: el Catálogo de Zonas, el Gran Catálogo Argentino, las Fotografías Cordobesas, el monumental Cordoba Durchmusterung, más la participación en el ambicioso (y nunca terminado) proyecto internacional de la Carte du Ciel.

Gould regresó a Estados Unidos en 1885 y lo sucedieron otros dos norteamericanos: primero John Thome y luego Charles Perrine en 1909. Entre ambos fue director interino Eleodoro Sarmiento, el primer argentino en ocupar el cargo. Y después de Perrine, en 1936, fue designado Félix Aguilar, uno de los máximos impulsores de la astronomía argentina en la primera mitad del siglo XX. Lo sucedió Juan Nissen, y luego nuestros conocidos (en el Balseiro) Enrique Gaviola y Ricardo Platzek, años en los cuales se redireccionó el observatorio hacia la astrofísica. Con el paso de las décadas el observatorio, que estaba en los suburbios de una pequeña ciudad en 1870, quedo casi en el centro de una ciudad grande. Por esta razón se creó el Estación Astrofísica de Bosque Alegre, algunos kilómetros al sur. Allí se formaron Mario Bunge, Ernesto Sábato y José Balseiro, entre otros pioneros de la física argentina. Hoy en día éste también ha quedado en medio del aire húmedo por las represas y brillante por las luces urbanas, pero sigue siendo un instrumento valioso para el trabajo científico. Cuando visiten Bosque Alegre, no dejen de parar en la Despensa Quito, a comerse un sandwich de jamón crudo y queso, con manteca. Un clásico de los (g)astrónomos cordobeses.

Hoy en día, el Observatorio es el centro alrededor del cual se organiza la carrera de astronomía de la Universidad de Córdoba (¡fundada en 1613, cuando Galileo todavía estaba observando el cielo!) y de buena parte de la actividad astronómica de la Argentina. ¡Que cumpla muchos más!

 


Recomiendo el libro Enrique Gaviola y el Observatorio Astronómico de Córdoba, de Omar Bernaola. Gaviola, como Gould, también estudió en Götingen y en Berlin. Pero curiosamente, mientras Gould prefirió irse de Berlin a Götingen porque le pareció mejor universidad, Gaviola hizo lo contrario. Cuando le pregunté a Oscar Bressan, viejo discípulo y amigo de Gaviola (¡y que imita bien su voz!) por qué Gaviola había hecho esto, me contestó que fue porque en Berlin había más chicas. ¿Será verdad?

El tema de las fronteras de las constelaciones está contado en: Paolantonio et al., Uranometria Argentina and the constellation boundaries, IAU Symposium No. 349 (2019). Paolantonio ha escrito mucho sobre la historia del Observatorio, sus astrónomos y sus trabajos, en su blog Historia de la Astronomía.

Norma Morandini es autora de una linda nota con motivo del 140o aniversario (Declaración S-2438/11 del Senado de la Nación).  

Agradezco a Mario Abadi, astrónomo del Observatorio, quien fue mi anfitrión en mi más reciente visita, y que me mostró muchas cosas que desconocía.

2 comentarios:

  1. Hermosa nota! Gran reconocimiento al Maestro Sarmiento y a Gould por emprender semejante proyecto por aquellos años. Desde el patio de mi casa se puede ver la cúpula del Observatorio de Bosque Alegre en la cima de las Sierras Chicas...
    Pd: Qué grande recomendado los Sandwiches de Quito!

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    1. Gracias, Víctor. El Quito de crudo con manteca es lo más.

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