04/01/2025

¡Feliz año anomalístico nuevo!

Hoy, 4 de enero, a las 10:28 hora argentina, brinden porque empieza un año nuevo. Un año anomalístico. ¡Feliz año anomalístico nuevo!

El año anomalístico es mi favorito de todos los años de la Tierra, sobre todo porque me encanta el nombre. Se llama así porque, en mecánica orbital, se llama anomalía (andá a saber por qué) al ángulo entre el objeto en órbita y su periapsis. En este caso el perihelio, que es el punto de máximo acercamiento al Sol en la órbita elíptica de la Tierra (en la figura el óvalo está muy exagerado para que se note mejor). Esto también me gusta: que empieza en un punto particular de la órbita, cosa que no ocurre el 1 de enero. El año anomalístico, entonces, es el tiempo que transcurre de un perihelio al siguiente. Dura 365.259636 días, 5 cienmilésimos más que el año calendario promedio.  

El año nuevo que festejamos el 1 de enero, en cambio, es el año civil o año calendario, que es el que rige los aniversarios de todo tipo. Dura una cantidad entera de días (365 o 366), porque a la órbita de la Tierra no le importa cuánto dura un día. En nuestro calendario actual, el gregoriano, la duración promedio del año civil a lo largo de los siglos se puede calcular fácilmente teniendo en cuenta los bisiestos cada 4 años, excepto los años múltiplos de 100 (1900 no fue bisiesto), salvo cuando son también múltiplos de 400 (2000 sí fue bisiesto): 365 + 1/4 - 1/100 + 1/400 = 365.2425 días.

El calendario gregoriano pretende aproximar el año trópico, medido de equinoccio de marzo a equinoccio de marzo, que dura 365.24219 días. La diferencia es de menos de una parte por millón, lo cual habla muy bien de Clavius y los astrónomos del siglo XVI que diseñaron la reforma del calendario juliano, que era  de 365.25 días. Cuando terminan los 366 días de un año bisiesto (como el 2024) hemos dado un poquito más de una vuelta alrededor del Sol.

El año sideral, en cambio, es el tiempo que tarda la Tierra en completar una órbita, medido con respecto a un sistema de referencia fijo, tal como las estrellas lejanas. Actualmente dura 365.256363004 días. Bueno, eso duró en el año 2000, que se usa como referencia. Es distinto del año trópico debido a la precesión de los equinoccios, un fenómeno que se conoce desde hace miles de años. Y es distinto del año anomalístico debido a la precesión del perihelio. Un lío, sí. ¿Se creían que un año es un año es un año?

Y tenemos también el año dracónico, que se mide entre dos pasos sucesivos del Sol por la línea formada por la intersección de la órbita de la Luna con la de la Tierra. Está relacionado con algo que contaré la semana que viene, y también se lo llama eclíptico, porque sólo en esa línea se producen los eclipses. Y el año lunar, que dura exactamente 12 ciclos lunares (unos 354.37 días), y que es la base de muchos calendarios antiguos y el islámico moderno. Y el año sótico o canicular, medido con respecto a Sirio, usado por los antiguos egipcios. Y el año de Gauss, y el de Bessel...

La ciencia: 26 siglos complicándolo todo. 

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