Hoy en día hay inmensos catálogos de objetos astronómicos, con miles de millones de objetos: estrellas, cúmulos de estrellas, nebulosas de varios tipos, pulsars, galaxias, quasars... Casi todos son compilados por robots, que escudriñan el cielo sin pestañear, y con la paciencia que sólo los robots pueden sostener. Estos catálogos coexisten (y se cruzan) con decenas de catálogos grandes, trabajosamente compilados por astrónomos durante el siglo XX, a partir de fotografías tomadas en frágiles placas de vidrio, o en trazas de tinta sobre cintas de papel en el caso de los radiotelescopios. Y todos ellos abarcaron y mejoraron los primeros grandes catálogos y atlas del cielo, que hicieron astrónomos todavía más esforzados durante el siglo XIX, con el ojo pegado al ocular de un telescopio, un reloj en una mano y un lápiz en la otra...
En el siglo XVIII había muy pocos atlas celestes. Hemos mencionado alguna vez a Johann Bayer, que publicó en 1603 su Uranometria a partir de las observaciones de Tycho Brahe y Johannes Kepler. Otro Johannes, Hevelius, publicó otra Uranometria mucho más completa a fines del mismo siglo. Pero en el siglo XVIII, ya con telescopios, los catálogos empezaron a crecer. John (y dale con los juanes) Flamsteed sentó un estándar con su Atlas Coelestis en 1729. Pero todos estos catálogos y cartas describían el cielo visible desde Europa. El cielo austral necesitaba su uranógrafo. Y el que asumió la tarea fue un abad francés, Nicolás Louis de Lacaille. En 1739, a los 26 años, hizo un trabajo sensacional midiendo un grado del meridiano de París, mejorando el trabajo de Cassini, lo que le valió una cantidad de reconocimientos. Se estableció como astrónomo y profesor, y fue el primero en defender y enseñar las teorías de Newton en Francia. Habiendo medido con precisión la Tierra, quiso hacer lo mismo con el sistema solar, midiendo la distancia a los planetas haciendo observaciones simultáneas desde el Cabo de Buena Esperanza y París. Así que propuso un proyecto ambicioso y la Academia de Ciencias se lo financió. En 1750 viajó a Sudáfrica (varios meses de viaje, no vayan a creer que era cosa de volar del Charles de Gaulle a Cape Town en Air France). La expedición duró más de cuatro años. No sólo completó su proyectada medición de los planetas, sino que aprovechó para medir un arco de meridiano africano, para seguir estableciendo la forma de la Tierra. Pero su mayor legado fue un catálogo de 9776 estrellas (entre las cuales está la enana roja más brillante del cielo, Lacaille 8760, que comentamos recientemente), más 22 cúmulos abiertos, 4 cúmulos globulares (incluyendo Omega Centauri y 47 Tucanae, una galaxia y dos nebulosas brillantes: la de la Laguna y la de Carina ¡El tipo descubrió la Nebulosa de Carina!Al asumir su tarea cartográfica, Lacaille se encontró con que le faltaban constelaciones, así que las inventó. De las 88 constelaciones modernas, Lacaille definió 14, que aquí vemos en un mapa publicado de manera póstuma, el Coelum Australe Stelliferum, donde latinizó sus nombres originales en francés:
Las constelaciones del hemisferio norte son mayormente personajes de los mitos griegos, o incluso más antiguos, porque los astrónomos europeos las habían recibido desde la profundidad de los tiempos. Para las constelaciones australes, Lacaille usó objetos más cercanos a la Revolución Científica de su siglo.
Lacaille | Coelum Australe Stelliferum | Delporte | |
La Machine Pneumatique | Antlia Pneumatica | Antlia | La Bomba de Vacío |
Le Burin | Caelum Sculptorium | Caelum | El Cincel del Escultor |
Le Compas | Circinus | Circinus | El Compás de dibujo (¿El suyo?) |
Le Fourneau Chymique | Fornax Chimica | Fornax | El Horno químico |
L'Horloge à pendule et à secondes | Horologium | Horologium | El Reloj de péndulo (¿El suyo?) |
La Montagne de la Table | Mons Mensa | Mensa | El Cerro Mesa (Table Mountain), que se alza sobre la Ciudad del Cabo |
Le Microscope | Microscopium | Microscopium | Microscopio |
L'Équerre et la Règle | Norma et Regula | Norma | Escuadra y regla (¿las suyas?) |
L'Octante de Reflexion | Octans | Octans | Octante (¿el suyo?) |
Le Chevalet et la Palette | Equuleus Pictoris | Equuleus | Caballete de pintor |
La Boussole | Pixis Nautica | Pyxis | Brújula |
Le Réticule Rhomboide | Reticulus | Reticulum | Retículo de astronomía (el suyo) |
L'Atelier du Sculpteur | Aparatus Sculptoris | Sculptor | El Taller del Escultor |
Le Telescope | Telescopium | Telescopium | Telescopio |
Varias de ellas representaban objetos reales de su valija de astrónomo: Reticulum era el retículo de su propio telescopio, que había usado noche tras noche durante un año para llevar a cabo su tarea. Junto al Retículo está Horologium, el Reloj, que sospecho puede ser el que usaba para sus mediciones de posiciones estelares.
Aunque en la carta celeste Lacaille preservó la enorme constelación de Argo Navis, en el catálogo la dividió en tres: Carina (la proa), Puppis (la popa) y Vela (las Velas), un desguace que también llegó al cielo actual. Junto a la Popa agregó su Brújula.
El telescopio que usó Lacaille para sus observaciones astronómicas formaba parte de un instrumento llamado cuadrante, que montó en un departamento que alquiló a una cuadra de la playa en Ciudad del Cabo, con su reloj de péndulo y su cuaderno de notas. Era un instrumento minúsculo, con una apertura de media pulgada. ¡Media pulgada! Quien haya usado esos buscadores chiquitos en su propio telescopio sabe cuánto se ve: ¡poquísimo! Sumado al aire marino, el trabajo de Lacaille es todavía más sorprendente.
Lacaille regresó a París en 1754 (previa escala de trabajo en Mauritius), completó la reducción de sus mediciones, y las publicó en la Academia de Ciencias en 1756 (segunda edición en 1763, con los nombres latinizados). Murió muy joven, a los 49 años. Era un tipo callado, de pocos amigos, modesto, honrado e inmensamente dedicado a su trabajo. En su corta vida completó más observaciones y cómputos que todos sus contemporáneos juntos. Todos los que lo conocían lo admiraban sinceramente. Casi nadie lo recuerda hoy en día, pero es una suerte que Delporte (basado en el trabajo de Benjamin Gould, en Córdoba) haya sancionado para la posteridad sus constelaciones, oscuras y difíciles de reconocer, un verdadero "ático del cielo".
El catálogo de Lacaille, incluyendo las fechas de observación de cada estrella, está publicado como: TABLE DES ASCENSIONS DROITES ET DES DÉCLINAISONS APPARENTES. Des Étoiles australes rensermées dans le tropique du Capricorne; observées au cap de Bonne-espérance, dans l'intervalle du 6 Août 1751, au 18 Juillet 1752. Par M. l'Abbe DE LA CAILLE. Puede consultarse online.
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