06/09/2025

Polillas astrónomas

Hace años conté el descubrimiento de que el escarabajo estercolero sudafricano, cuando se pierde, puede navegar observando la Vía Láctea. El trabajo mereció uno de los premios más prestigiosos de la ciencia, el premio IgNobel, que todos los años son una fuente de diversión e inspiración. Se publica ahora un trabajo similar, también referido a un insecto: ciertas polillas australianas migran en primavera unos 1000 km a un sitio que jamás visitaron, y regresan en el otoño a los sitios de reproducción, donde mueren. Los autores estudiaron las polillas y descubrieron que pueden orientarse exitosamente con el cielo estrellado.

Los investigadores hicieron los experimentos en un planetario para polillas, en cuyo domo proyectaron el cielo correspondiente a distintas épocas del año, e incluso un falso cielo de estrellas al azar, y observaron que la posición de la Vía Láctea (a la hora de vuelo), y especialmente la región brillante de la nebulosa de Carina, les permite navegar en la dirección correcta.

¿Y qué pasa si está nublado? Bueno, las polillas también sienten el campo magnético terrestre (algo que ya se sabía) y pueden orientarse también con éste. Para estudiar ambos métodos por separado, usaron unas bobinas para anular el campo terrestre en el simulador de vuelo. En la siguiente imagen se pueden ver los distintos dispositivos en el sitio del estudio: el planetario, el generador de campo magnético, y una polilla atada (para que vuele en el espacio limitado, sin irse de la arena del experimento):

Adicionalmente, midieron actividad neuronal, con electrodos en la corteza visual de los insectiles cerebritos. Rotando el cielo simulado con las polillas inmovilizadas, registraron actividad neuronal máxima cuando el cielo "natural" tiene cierta orientación (y ninguna bajo el cielo de estrellas aleatorias). Incluso estimulando artificalmente algunas neuronas, simulando el estímulo producido por la posición de la nebulosa de Carina, lograron la misma respuesta neuronal. Se diría que las polillas tienen una neurona de Carina, ¿no?. El estudio concluye que la navegación celeste responde a dos mecanismos: la detección de la forma alargada de la Vía Láctea, y la presencia de un punto brillante en la región de Carina. Hay que agregar que las polillas son capaces de navegar incluso en presencia de la Luna, que es también un punto brillante en el cielo. No está claro si las polillas son capaces de ver, con sus ojos compuestos, estrellas individuales. Los humanos y las aves sí las vemos, y podemos usar estrellas (y constelaciones) para navegar de noche. Parece que animales mucho más simples también son capaces de hacerlo, incluso sin verlas individualmente, o cuando el aspecto del cielo cambia a lo largo de la noche. 

Ya conocemos insectos astrónomos en África y en Australia. Me pregunto si tendremos alguno también en Sudamérica. 

 


El paper es: Dreyer et al., Bogong moths use a stellar compass for long-distance navigation at night, Nature (2025) (accesible libremente en: https://doi.org/10.1038/s41586-025-09135-3).

El 18 de septiembre se entregan los premios IgNobel 2025. ¿Ganarán las polillas el premio de Biología astronómica? 

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