Había una hermosa Luna gibosa, pasada del cuarto creciente, una Luna de 11.68 días. No hay que despreciar a la Luna. Si bien su intenso brillo suele ocultar las maravillas del cielo profundo, la Luna es en sí misma un fantástico objeto para explorar. Inclusive con binoculares, y especialmente con un pequeño telescopio, las maravillas de la Luna alcanzan para una vida entera de observación. Además, su cambiante iluminación hace que cada día podamos ver su fascinante geografía bajo una, bueno, luz, distinta.
Empecemos con la Luna entera, tomada con la cámara réflex en el foco principal del telescopio. Acá está, reducida considerablemente para ponerla aquí:
No es una exposición única. Como siempre, las mejores imágenes astronómicas se obtienen superponiendo una multitud de tomas individuales. En este caso son una veintena, con el agregado del casquete sur que tomé con otra técnica porque no me gustó cómo había salido. A propósito dejé el sur hacia arriba, que es como la vemos desde nuestras latitudes. Hay tres grandes cráteres en esta imagen que saltan a la vista, bien iluminados. Son: Tycho, arriba, rodeado por su increíble sistema de rayos que se extienden miles de kilómetros; Copérnico, algo a la derecha y abajo del centro de la Luna, con un faldón de rayos irregulares como una telaraña; y Platón, un óvalo gris oscuro, bien abajo, justo por fuera de la "costa" del Mar de las Lluvias. Platón no tiene rayos, y su fondo plano y oscuro es bien distinto de los otros dos.
Veamos algunos detalles de esta asombrosa geografía. Las imágenes siguientes fueron tomadas con otra cámara, una cámara de video también puesta en el foco principal. Es esencialmente una webcam sin lente, con la cual hacemos un videíto de un par de minutos. Luego cada fotograma se usa como una sub-imagen en el apilado.
Empiezo por el casquete sur. Atentos que la orientación de la imagen es distinta, pero es la misma zona alrededor de Tycho de la Luna entera. Esta región de la Luna es un caos de cráteres, y es fácil perderse. Pero Tycho se destaca como el cráter más brillante, con unas paredes complejas, que se ven como derrumbadas, y una gran montaña central. La cima se alza 1600 metros sobre el fondo del cráter. ¿Quién será el Edmund Hillary que primero la escale? Tycho es un cráter relativamente joven, tiene 108 millones de años, medidos con gran exactitud a partir de las muestras tomadas por los astronautas del Apollo 17 en uno de sus rayos. Mucho más antiguo es el gigantesco Clavius, que vemos a la derecha y abajo de Tycho en la foto. Clavius es uno de los cráteres más grandes de la Luna, mide más de 200 km de diámetro. Lo vemos con muchos cráteres superpuestos, varios en sus desgastadas paredes, pero muy notablemente con una cadena de cráteres que forman una línea curva en su fondo, ordenados de mayor a menor (de derecha a izquierda y curvándose hacia abajo en la foto). Yo veo seis cráteres en esta imagen, tal vez Uds. vean 5 en la imagen reducida. En la película (y en la novela) 2001 A Space Odyssey, Heywood Floyd viaja de Clavius a Tycho para revisar el monolito extraterrestre. Son varios cientos de kilómetros. ¿Cuánto tiempo les habrá llevado?
Pasemos a Copérnico. Es también un gran cráter, similar a Tycho en tamaño y estructura, pero bastante más antiguo (unos 800 millones de años, de todos modos un cráter joven para la Luna). Tiene, como Tycho, unas complejas paredes y un macizo central, recordatorio eterno del desbarajuste geológico que causó el asteroide que lo formó con su violento impacto. A diferencia de Tycho, que se pierde en un mar de cráteres, Copérnico se destaca aislado en la cuenca oriental del Océano de las Tormentas. Me encanta cómo salió en esta foto, en medio de su telaraña de material eyectado. Al noroeste de Copérnico (a la izquierda en esta foto) se alzan los Montes Cárpatos, que son parte del borde de la gigantesca cuenca de impacto que reconocemos como el Mar de las Lluvias, ese mar bien redondito, con un enorme golfo (que se llama Bahía del Arco Iris), que en la foto de la luna entera vemos entre Copérnico y Platón. Varias formaciones que parecen colinas, en la zona inferior izquierda de la foto (se nota que tienen la iluminación "al revés" que los cráteres) son de origen volcánico. Una de ellas es bien redonda, pero tendría que dibujar sobre la foto para mostrárselas. Googléenla, se llama Milichius Pi.
El tercero de los grandes cráteres que mencioné al principio es Platón. Aquí está su encantador entorno (ojo, que la orientación es distinta que en la foto de la Luna entera). Platón es muy antiguo, tiene 3 mil 800 millones de años. Y aunque es más o menos del mismo tamaño que Tycho o Copérnico, lo que queda de él son sólo las paredes, ya que la lava lunar en esa época todavía fluía, e inundó el cráter, dándole un fondo plano de basalto. La planicie que aquí vemos hacia abajo y la izquierda es la orilla norte del Mar de las Lluvias. Del otro lado de Platón, otra planicie oscura es el Mar del Frío, un mar finito y largo. Hacia la derecha de Platón se extiende otra cordillera montañosa que, como los Cárpatos, forma parte del borde de la cuenca de impacto del Mar de las Lluvias. Son los Montes Alpes. Y cruzándolos transversalmente y en línea recta, uno de los más hermosos valles lunares, el Valle de los Alpes. El fondo del valle es plano, y mide apenas 20 km de ancho pero casi 200 de longitud. Lo surca un canal muy estrecho, muy difícil de ver desde la Tierra, pero bien lindo en las fotos tomadas desde la órbita lunar. ¡A googlearlo! Los Alpes se extienden hasta un cráter que vemos casi sumergido en el basalto del Mar, Cassini. El otro cráter notable casi en el borde de la imagen es Aristillus. Si trazan una línea desde Aristillus a Platón, hay una gran montaña en medio del Mar. Es el gran Monte Pitón, de más de 2000 metros de altura.
El mejor compañero para el observador lunar es el Virtual Moon Atlas.
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