Hay estrellas que explotan pero no mueren: las novas recurrentes. Se conocen apenas 10 en toda la Vía Láctea, y una de ellas está a punto de hacerlo de nuevo. Es la estrella T Coronae Borealis, que permanece a magnitud 10 durante 80 años, completamente invisible sin instrumentos, pero de golpe salta a la segunda magnitud, aumentando su brillo varios miles de veces y volviéndose visible a simple vista, lo que le valió el nombre de "estrella ardiente":
T CrB hizo esto por última vez en 1946, y la vez anterior en 1866. Estas son las erupciones mejor documentadas, pero hay evidencia informal de que ocurrió muchas veces antes, al menos desde el siglo XIII. Los registros de 1946 muestran que, algunos meses antes de la erupción, tuvo una bajadita de brillo, que se ve así en los datos de la AAVSO:
Algo parecido se vio en 2023, y por estar ya cerca del período aproximado de recurrencia, se predice que volverá a explotar este mes, o el próximo. Noten de paso cómo, antes que la estrella, "explotó" el número de aficionados que registraron sus observaciones en la AAVSO:
¿Ocurrirá tal como está previsto? Ya veremos. Mientras tanto, para tener algo con qué comparar, hice unas imágenes de Corona Borealis, una constelación que no se eleva mucho sobre el horizonte del norte, vista desde Bariloche. Primero una de 12 grados de ancho, abarcando entera la pequeña constelación:
Y aquí una aproximación, con otra lente:
Como se ve, por ahora T CrB está allí, lo más pancha a magnitud 10, seguro que invisible si leés el blog en el celu, cosa que nunca hay que hacer porque no se ve nada. Marqué otra estrella variable, R CrB, también notable. Ésta no explota, sino que se apaga de manera misteriosamente irregular, parecida a la más misteriosa de todas, la estrella WTF de Boyajian.
¿Qué es lo que le pasa a T CrB? Es una estrella binaria, formada por una gigante roja y una enana blanca en órbita una alrededor de la otra (un poco más cerca que Venus del Sol). Hay un viento constante, más bien un chorro, de materia de la gigante hacia la enana. Parte de ese gas queda en órbita de la enana blanca, formando un anillo llamado disco de acreción. Y parte llueve sobre la enana, acumulándose sobre la superficie de materia degenerada súper caliente. Cuando hay suficiente hidrógeno, suficientemente caliente (unos 10 millones de grados), se desencadena una explosión termonuclear en esa atmósfera recalentada.
Esta explosión en un sistema binario gigante-enana blanca se llama nova, y son bastante comunes. Se descubren unas 10 por año en la Vía Láctea, y muchas más en M 31 y las nubes de Magallanes. Los astrónomos sospechan que casi todas (si no todas) las novas son recurrentes, sólo que unas pocas tienen períodos cortos y hemos visto la repetición. También puede ocurrir que la enana blanca vaya ganando masa con el aporte de la gigante (ya sea con explosión o sin ella), y que finalmente alcance el umbral que hace detonar la fusión nuclear de su propio material (carbono y oxígeno, principalmente). Esto sí la destroza por completo en una explosión millones de veces más grande, tan brillante que se pueden ver a través de todo el universo, llamada supernova de tipo Ia (uno-a). Si bien la enana blanca de T CrB es bastante pesada (1.35 masas solares), le falta todavía para llegar al umbral de 1.4 masas solares. Así que veremos sólo una nova.
¿Dónde hay que mirar? Desde el hemisferio sur, hacia el norte al comienzo de la noche. Sirve usar como referencia la estrella Arcturus, una de las más brillantes del cielo, en la vecina constelación del Boyero. Izar (ε Boo) y Alphecca (α CrB) pueden usarse para navegar hasta la posición de T CrB, que se encuentra un poquito por fuera del arco de la Corona:
Como se ve en el gráfico de las observaciones de 1946, la subida parece durar un par de días, y la bajada varias semanas. Así que hay que estar atentos. Cuando explote, la nova será (con suerte) una estrella de segunda magnitud, comparable a Alphecca. No esperen algo hollywoodesco en el cielo, como algunos titulares sensacionalistas sugieren. Hay 170 estrellas más brillantes que magnitud 3 en el cielo, la magnitud que T CrB alcanzó en 1946. Pero no dejará de ser algo lindo de ver, una estrella nueva, una explosión termonuclear en el cielo que cada 80 años marca el abrazo de dos estrellas ancianas.
Las fotos son mías, los gráficos están hechos con la herramienta de la AAVSO, y los mapitas con Stellarium. La ilustración del sistema binario creo que es del ESO.
En inglés le dicen a T CrB "blaze star", que traduje libremente como "estrella ardiente". No sé si alguien la llama así en castellano, pero podríamos hacerlo.