Hay pocos mundos en el sistema solar cuyas superficies no estén abarrotadas de cráteres: los gigantes de gas por un lado, y por otro el puñado cuyas atmósferas o actividad geológica protegen o renuevan permanentemente sus cortezas. Venus y la Tierra, Io y Europa alrededor de Júpiter, Titán y Encélado en Saturno y, ahora, Plutón. Plutón, por razones todavía no del todo entendidas, parece gozar de una activa geología en los helados confines del sistema solar. En un mundo con pocos cráteres, éste parece ser el más grande, el cráter Burney, rodeado de regiones bautizadas con los nombres de robots exploradores del espacio:
¿Quién es Burney? ¿Algún astrónomo especialista en objetos transneptunianos? ¿Algún viajero del inframundo? Nada de eso. Burney, Venetia Burney, es una niña de 11 años. Bueno, era una niña cuando se vinculó para siempre con el lejano Plutón.
Venetia Burney vivía en Oxford, Inglaterra. La mañana del 14 de marzo de 1930 estaba desayunando con su madre y su abuelo. El abuelo leía el diario. En voz alta les lee la extraordinaria noticia del descubrimiento de un nuevo planeta, y se pregunta qué nombre le pondrían. Venetia piensa un instante y dice: "¿Por qué no le ponen Plutón?"
Durante mucho tiempo circuló la historia de que Venetia había elegido el nombre por el personaje de Disney, el perro Pluto, que también data de 1930. En inglés, aclaremos, tanto el perro como el planeta (y el dios del inframundo del mito griego) se llaman igual, Pluto. Pero Venetia explicó más de una vez que no fue así. Hay una entrevista interesante aquí, realizada en 2006 en ocasión del lanzamiento de la sonda New Horizons, que recientemente ha visitado Plutón. En la entrevista dice no saber exactamente por qué sugirió ese nombre. Que conocía los mitos griegos, así como los nombres de los planetas por supuesto, y que simplemente le pareció que era un nombre que no había sido usado.
El abuelo de Venetia inmediatamente quiso sugerir el nombre a un astrónomo de Oxford, el profesor Herbert Turner. Le dejó una notita, porque ese día Turner estaba en Londres en una reunión de la Royal Astronomical Society, donde todos proponían nombres para el nuevo planeta. A nadie se le ocurrió Plutón, y cuando Turner lo leyó en la nota del abuelo de Venetia le encantó: Plutón es el dios del inframundo, y el nuevo planeta estaba increíblemente alejado de los demás. Además, las primeras letras, P L, son la iniciales de Percival Lowell, el rico astrónomo aficionado que había patrocinado la búsqueda del planeta (sin vivir para verla concluir con éxito). A Turner le gustó, entonces, y mandó un telegrama al observatorio Lowell. Venetia insiste en que no pensó para nada ni en el inframundo ni en Percival Lowell.
En mayo de ese año el planeta recibió oficialmente el nombre propuesto por la niña. El abuelo se lo contó. Ella no se había enterado de nada desde su propuesta en la mesa familiar, así que pueden imaginarse la sorpresa y lo contenta que se puso: ¡había bautizado un planeta! Según recuerda, hubo cierto revuelo en los diarios, pero nada de otro mundo. Je, de otro mundo.
En la entrevista Venetia cuenta también que su tío abuelo Henry Madan fue quien bautizó a los satélites de Marte, Fobos y Deimos. Venetia fue maestra de economía y matemática. Nunca les contó a sus alumnos que ella había bautizado a Plutón. Nunca vio a Plutón a través de un telescopio, pero vio las fotos del descubrimiento que tomó Clyde Tombaugh en Flagstaff (yo también las vi, algún día lo cuento). Le asombraba el avance tecnológico de nuestra civilización desde los días en que era una niña a principios del siglo XX. Falleció en 2009, a los 90 años de edad. Había nacido el 11 de julio de 1918, casi exactamente 97 años antes del sobrevuelo de New Horizons.
Y a propósito de New Horizons, ha comenzado la descarga masiva del 95% de los datos registrados, que todavía estaban a bordo de la nave. Entre ellos todas las imágenes de alta resolución, de las cuales aún no vimos nada. El jueves se publicaron las primeras imágenes, de las cuales elegí una con el cráter Burney visible en el extremo izquierdo. Hay más aquí, todas valen la pena.
La complejidad del terreno es impresionante. Habrá Plutón para entretenerse en los próximos meses. Seguramente podré rehacer este video del sobrevuelo...
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