Me resultó bastante fácil encontrar a Eros desde el balcón de casa, en el centro de Bariloche. No a simple vista, claro, sino con binoculares 10×50. Primero localicé a simple vista la familiar forma de la cabeza de Leo, y su brillante estrella Regulus. De ahí subí hasta Alfa Hydrae (no sé si tiene nombre), y desde ella a Lambda Hya (apenas visible a ojo desnudo). Desde Lambda, con binoculares y la ayuda de Cartes du Ciel, bajé hasta Eros. Se veía perfectamente, junto a una estrellita de su misma magnitud, como se ve en la foto.
¿Qué dirían los astrónomos de 1931 de nuestra tecnología? Las fotos fueron tomadas con una cámara de consumo montada en un trípode, con una exposición brevísima. Encontré el asteroide con Cartes du Ciel, sin hacer ninguna cuenta. Calibré las fotos y obtuve las coordenadas de Eros con precisión de centésimas de segundo usando un programa a medio mundo de distancia (como explican en la campaña que anuncié ayer). Ya las envié para participar de la medición de la unidad astronómica.
Cámara Canon T1i, teleobjetivo Canon 100mm. Exposición de 5s f/2, ISO 3200, autofocus en Regulus, recorte de la mitad central del cuadro total.
No llegaria a la tierra, verdad? D:
ResponderEliminar@ElDieGoXeCo: No.
ResponderEliminarMe pareció innecesario aclararlo, pero tal como se ve en la figura, las órbitas de la Tierra y de Eros ni siquiera se cruzan. Eros es "cercano" en términos astronómicos. En su máxima aproximación está a millones de kilómetros de distancia de la Tierra.
Otros asteroides pasan mucho más cerca, sin embargo, y los astrónomos los están relevando a todos para no perderles la pista. Inclusive más cerca que la Luna. Y algunos pasan tan cerca que caen, por supuesto. En su inmensa mayoría se desintegran en la atmósfera. Unos pocos son suficientemente grandes para que sus fragmentos lleguen a la superficie en forma de meteoritos. Muy rara vez (cada miles de años) son tan grandes que producen un crater.