26/10/2019

Un eclipse protuberante

Varias cosas me sorprendieron durante el Gran Eclipse Argentino, que tuve la suerte de observar en San Juan en julio pasado. Ya comenté, en la primera nota que escribí sobre la experiencia, dos de ellas: la calidad de la luz y el tamaño del eclipse en el cielo. Una tercera fueron las protuberancias solares, que también mencioné en aquella nota, y que aquí presento nuevamente en fotos mejor revisadas y procesadas con más cuidado.

Las protuberancias son proyecciones del plasma de la fotósfera (la superficie brillante del Sol), que atraviesan la cromósfera y llegan hasta la corona solar. Como la cromósfera, son de color rojo intenso y sólo visibles a simple vista durante los eclipses totales. Por alguna razón (tal vez porque el Sol se encuentra en el mínimo de actividad) no me esperaba que pudieran observarse a simple vista, pero allí estaban:


Estas proyecciones de la materia del Sol hacia el espacio son inmensas, mucho mayores que el planeta Tierra. En ocasiones son gigantescas, como la más grande que vemos en mi foto, y que he medido como de 94 000 km de altura y el doble de extensión en diagonal. Pueden explotar violentamente al compás del campo magnético solar y ser expulsadas hacia el espacio interplanetario formando eyecciones de masa coronal. Cuando impactan con la Tierra producen serios disturbios en nuestro campo magnético, afectando las telecomunicaciones, las redes de distribución eléctrica, los grandes oleoductos y gasoductos, etc.

Me dio curiosidad comparar mis fotos con las observaciones de uno de los grandes observatorios solares, el Solar Dynamics Observatory, que pispea el Sol permanentemente desde el espacio con una variedad de instrumentos. La cromósfera y las protuberancias son manifiestas en el instrumento AIA, en la longitud de onda de 30.4 nm (ultravioleta, correspondiente a temperaturas de 50 000 K):


Las protuberancias son dinámicas, respondiendo al pulso del campo magnético solar, y forman típicamente arcos, que son más visibles en el limbo del disco solar (como las que vemos durante un eclipse), pero que también pueden verse como sombras delante del Sol en longitudes de onda especiales. Hice también un gif animado de mi foto con la imagen del disco entero:


Ya que estaba, hice una composición con toda mi corona y la imagen de 30.4 nm del SDO:


¿Qué nos deparará el Gran Eclipse Patagónico, el 14 de diciembre de 2020? Veremos veremos...

Todavía no tuve tiempo de escribir acerca del misterio de la temperatura de la corona solar, que mencioné en la nota de agosto Tiene coronita. Ya lo haré, paciencia.


Las fotos son mías, en algunos casos compuestas con imágenes de NASA/SDO/AIA.

No hay comentarios:

Publicar un comentario