A principio de julio alcanzó su máxima aproximación al Sol (casi en la órbita de Mercurio), al mismo tiempo que cambió de hemisferio. Rápidamente se convirtió en un cometa brillante. Con un núcleo que alcanzó la primera magnitud, más la coma y dos grandes colas, se lo pudo ver a simple vista durante un par de semanas en el cielo del amanecer del hemisferio norte. En fotografías se lo veía magnífico y, por supuesto, todos los aficionados del hemisferio sur empezamos a cruzar los dedos para poder verlo.
El movimiento combinado del cometa y de la Tierra lo convirtió de cometa matutino en cometa vespertino en la cuarta semana de julio. Alrededor del 23, coincidiendo con su máximo acercamiento a la Tierra, empezó a aparecer apenas sobre el horizonte de los cielos australes. Lamentablemente, como los cometas no brillan con luz propia sino que reflejan la del Sol, a medida que se aleja brilla cada vez menos. Pude verlo desde Bariloche recién el día 27, a sólo 5 grados sobre el horizonte, a las 19:50. La claridad del atardecer, más la Luna en cuarto creciente, más la cercanía al horizonte, todo conspira en contra para nuestras latitudes. Pude fotografiarlo, muy bajito sobre la cordillera de los Andes.
Definitivamente ya no es un objeto visible a simple vista. La estrella que vemos sobre el cometa tiene magnitud 5.7, completamente invisible en estas circunstancias. Con binoculares logré apenas vislumbrarlo, pero no la cola, que ni siquiera salió en la foto. Lo que sí se ve en la imagen es el característico color verde de la coma (la atmósfera de gases y polvo que, una vez empujada por el viento y la radiación solar, forman la cola). Nada más.
La órbita del Neowise, tras su paso cruzando las órbitas de los planetas, resulta una elipse estiradísima, con un período de miles de años. Es ahora un cometa de período largo. Se pasará la mayor parte de ese tiempo a cientos de unidades astronómicas del Sol, mucho más lejos que Plutón. Y algún día volverá, y quién sabe si alguien lo observará desde la Tierra, o desde dónde. Ahora es ya un cometa de morondanga, y prefiero despedirme con el recuerdo de algún cometa posta, como el Panstarrs del 2013.
La foto del cometa sobre Stonhenge es de Matthew Browne (c).
La imagen de la trayectoria del cometa en el cielo es de Tomruen (CC BY-SA). Las espirales que hace cuando se acerca y cuando se aleja se deben al movimiento de la Tierra, no del cometa. Cada vuelta es un año.
La imagen de la órbita del cometa es de Gideon van Buitenen (anotada por mí).
Gracias como siempre Guillermo. El gusto de los sábados por la mañana. Intenté verlo desde la costanera de capital federal el 29, desde la nueva locación de la estatua de Colón, pero me fue imposible, al menos con los largavistas que tengo. Saludos!
ResponderEliminar¡Saludos, Lisandro!
EliminarQué lástima que nos perdimos este cometa.
ResponderEliminarHace unos años hubo un cometa que se veía clarito desde el hemisferio sur, en verano, al anochecer ¿cuál fue? ¡Ese fue espectacular!
Tal vez te referís precisamente al cometa Panstarrs del 2013, cuya foto puse al final de la nota. Fue muy lindo, y de hecho yo lo vi junto con otro cometa, Lemmon.
EliminarPuede ser, pero creo que este que digo fue anterior (¿2007?), más brillante y no se vio bien en el hemisferio norte. No me cierra lo que leo del Panstarrs con el recuerdo que tengo, pero bueno, la memoria es frágil...
Eliminar¡Lo encontré!
Eliminarhttps://es.wikipedia.org/wiki/Cometa_McNaught
Era cuestión de buscar un poco. Es que como no se vio en el hemisferio norte ellos siempre hablan de uno que hubo en 1997 que yo no vi.
Quién sabe cuándo aparecerá otro como ese, ojalá sea pronto, fue espectacular.