26/10/2024

Rarezas del eclipse

Antes de alinear las fotos que tomé en el tercer contacto del reciente eclipse anular, me gustó el efecto que producían las imágenes individuales superpuestas. Las combiné de varias maneras diferentes para hacer una composición eclíptica abstracta de este tornado eclíptico:

Además de la combinación con desplazamiento, que usé para mostrar la silueta de las montañas de la Luna, hice una breve animación del tercer contacto, donde se puede ver (o imaginar) el desgranamiento de la luz solar entre los valles y las montañas del limbo:

Durante el eclipse siempre vale la pena hacer otro tipo de fotos. Por ejemplo, apuntando directamente al Sol con una cámara compacta, se pueden ver siluetas del eclipse en reflejos internos de las lentes:

Y, claro está, siempre vale la pena llevar una espumadera o colador, para hacer eclipsitos en su sombra:

El efecto en las sombras, durante los momentos de eclipse más grande, es tan fuerte que se puede hacer con los dedos, incluso sin formar un agujerito, simplemente mirando los ángulos:

Para terminar, y para que los que no vinieron a Santa Cruz se hagan una idea de la primavera en la Patagonia austral, comparto una foto con el equipo fotográfico. Para los interesados, usé la Canon Rebel T7i acoplada al Orion ST80 (F=400mm, F/5), montado sobre un cabezal Benro con movimientos finos en tres ejes (un cabezal extraordinario para la fotografía astronómica), sobre un trípode Manfrotto normal. No usé la montura ecuatorial motorizada que usé para los eclipses totales, para minimizar la vibración, ya que para el eclipse anular los tiempos no son tan críticos. Hice el filtro solar con el film que vendía Saracco en 2020 (no conozco las especificaciones). Enfoqué antes del eclipse, valiéndome de las manchas solares, usando Liveview x10 y haciéndome sombra con la pantalla de cartón que se ve en la foto, y una tela oscura sobre la cabeza. Expuse a 1/250, ISO 100, usando un disparador remoto, con avisos hablados por un script que preparé para EclipseDroid. Hice AEB por si se nublaba, pero las de 250 salieron bien expuestas. Durante un rato se formaron unas nubes iridiscentes que casi cubrieron el Sol, pero no afectaron la exposición. 

19/10/2024

Las montañas de la Luna

Si la Luna fuera una esfera perfectamente lisa, su silueta sería un círculo perfecto durante los eclipses solares. Pero la Luna tiene montañas y valles (tal como descubrió Galileo el 30 de noviembre de 1609). Es habitual apreciarlos por las cambiantes sombras que producen al progresar las fases. Pero durante los eclipses, en particular cuando se producen los contactos entre los bordes de la Luna y el Sol, se da un juego inusual en el que la luz del Sol pasa por los valles y es bloqueada por los montes. Durante los eclipses totales producen el efecto lamado "perlas" o "cuentas de Baily", que ya he mostrado. Durante un eclipse anular, como no retiramos el filtro solar, el efecto se ve distinto. En el reciente eclipse del 2 de octubre, que comenté la semana pasada, hice ráfagas de fotos para apreciar el cambiante aspecto del relieve lunar al cortar la luz del Sol. Durante el segundo contacto (al comienzo de la fase anular), una ráfaga de otro tipo, de poderoso viento patagónico (los roaring forties) me sacudió el telescopio y casi todas las fotos salieron movidas. Pero en el tercer contacto salieron bastante bien. Combiné varias decenas en una composición interesante:

La foto de la izquierda es, obviamente, el Sol entero, antes del eclipse. Está salpicado de manchas solares enormes, algo típico de los años de máximo de actividad solar. Por detrás y a la derecha vemos la rápida progresión del fin de la anularidad. A medida que la Luna avanza (hacia la derecha en la foto), su borde irregular va cortando el borde luminoso del Sol. El resultado, al verlo así desplegado, es una representación de las montañas de la Luna. Lo pongo girado, para que realmente parezcan montañas:

Vemos que se trata de un macizo grande, con por lo menos dos picos principales, uno de ellos con un borde muy vertical. Si todavía no se lo imaginan, lo muestro compactado verticalmente, porque esta visión eclíptica exagera la escala vertical de las montañas.

Ahí está, en silueta, una gran montaña de la Luna. En las simulaciones del borde lunar preparadas habitualmente por Xavier Jubier podemos ver que efectivamente es un monte muy grande en la región del polo sur lunar (invertí el diagrama para que quede con la misma orientación que las fotos, y marqué en rojo la región de interés):

Usando el Virtual Moon Atlas (compañero ideal de todo lunático que se precie de tal) no tardé en identificar que se trata del Mons Mouton, el Cerro Mouton, la montaña con nombre más alta de la Luna. Acá comparo las dos imágenes para que se vea mejor:

Mons Mouton recibió su nombre hace apenas un par de años, en preparación de la llegada del robot VIPER, que iba a aterrizar este año en sus laderas para explorar la existencia de sustancias volátiles (principalmente agua), que se sospecha existen en esas regiones polares, muchas veces en sombra perpetua, y que van a resultar útiles para las futuras colonias permanentes en la Luna. Lamentablemente, VIPER fue súbitamente cancelado en julio pasado. Quevachaché. 

Cerro Mouton se alza 6000 metros sobre el terreno a su alrededor, más que el Aconcagua (que mide 7000 pero sobre el nivel del mar; Puente del Inca está a 4700 metros por debajo de la cima, por ejemplo). Así se ve la región de Mons Mouton desde arriba (hecho con Virtual Moon Atlas):


La línea azul es el borde de la Luna en el momento del eclipse. Y así se ve la altimetría (del robot japonés Kaguya):

No estoy seguro de cuál es el pico que en silueta se ve más alto, directamente frente al polo sur. Es posible que sea ese otro cerro alto que está justo al sur del crater Malapert, llamado Macizo Malapert de manera extraoficial, y que está exactamente a longitud 0 grados. Por alguna razón de perspectiva se podría ver más alto que Mouton. Aquí se ven ambos en una imagen en perspectiva; el polo sur está en el borde del cráter Shackleton:

¿Y por qué se llama Mouton? Melba Mouton fue una matemática y programadora de la NASA, que trabajó en el cálculo de las órbitas de los primeros satélites artificiales, en la década de 1960, cuando lideró un grupo de programadoras y "computadoras". Hoy en día, una computadora es una máquina, pero en la primera mitad del siglo XX, una computadora era una mujer, generalmente una chica. Como las de la película (algo inexacta) Hidden Figures, que trabajaron en el Programa Apollo. Aquí la vemos junto a una computadora (en el sentido actual) de la época. En muchos laboratorios tenían equipos de mujeres entrenadas formal o informalmente en matemática, que funcionaban como computadoras (como en el Observatorio de Harvard en la época de Pickering). ¿Por qué eran mujeres? No estoy seguro. Imagino que es porque les pagaban menos. 

Tengo algunas fotos más, ya aparecerán más adelante.



Las fotos del eclipse son mías. Las imágenes del polo sur de la Luna están hechas con Virtual Moon Atlas (datos de NASA/LRO y JAXA/Kaguya). La imagen del perfil de la Luna es la que ofrece Xavier Jubier en su Solar Eclipse Calculator. La foto de Melba Mouton es de NASA.


12/10/2024

Un anillo para atraerlos a todos

«One Ring to rule them all, one Ring to find them,
One Ring to bring them all, and in the darkness bind them.
»
J.R.R. Tolkien, The Lord of the Rings

El eclipse solar del 2 de octubre pasado fue mi tercer eclipse anular, después del de 2012 y el de 2017. Tras varios días de tempestad, con nieve incluida, el cielo se despejó y los visitantes del Parque Patagonia pudimos disfrutarlo en toda su espectacularidad.

En la foto vemos la silueta de la Luna completamente contenida en el disco solar, en el momento medio del eclipse. Es una cosa preciosa de ver en una foto, y más aún de experimentarla en vivo, con nuestros propios ojos. Una visión casi mágica, increíble, ver el Sol convertido en un anillo dorado durante más de cuatro minutos. 

El eclipse entero duró casi tres horas, desde que la silueta lunar comenzó a reptar sobre el Sol, produciendo dos puntas que fueron separándose durante más o menos una hora, y luego empezaron a juntarse más y más, y cada vez más rápido, hasta fundirse en un punto irregular y formar el anillo.

Y luego, de manera asimétrica, las puntas volvieron a formarse y el eclipse se desarmó...

Este eclipse fue el quinto de una increíble racha de una década con seis eclipses solares, entre totales y anulares, que cruzan el territorio argentino. 


Siete, si contamos el eclipse solar de 2010 que se vio desde El Calafate mientras Iniesta metía el gol que le dio a España su primer Mundial de fútbol, en Sudáfrica. No fui porque era en julio, con el Sol a un grado sobre el horizonte, y quién se iba a imaginar que estaría despejado. Bueno, estuvo. Tampoco pude ir al de la Antártida en 2021: ni la Armada ni el Instituto Antártico quisieron llevarme a la Base Orcadas, por dudosos motivos epidémicos. Pero estuve en cuatro, y seguramente no me perderé el último, en 2027, que pasa muy cerquita de Bariloche. Cuando termine esta racha, vienen décadas y décadas sin eclipses totales en la Argentina, hasta el 2064, si bien hay uno anular en 2034 en el norte del país.

Como se ve en las fotos, la superficie del Sol estaba decorada por muchas manchas el día del eclipse, que hicieron todavía más atractiva la (laaaarga) progresión de la fase parcial. Es la situación normal en los años alrededor del máximo de actividad solar. Revisé las imágenes del Solar Dynamics Observatory, un telescopio espacial dedicado al Sol, que toma imágenes cada 15 minutos, para verlas en detalle. 


Esta imagen está muy reducida, asi que comparto un par de recortes para que se vea la riquísima estructura que tienen estas regiones, donde el campo magnético es más intenso y la temperatura de la materia solar es unos 1000 grados más fría, que es la razón por la cual las vemos más oscuras que el resto del Sol. Primero, un recorte del enorme "archipiélago" que ondulaba una línea de latitud en el hemisferio sur solar:

Y la siguiente es la gran mancha que estaba apareciendo por el borde occidental del Sol el día del eclipse, y que puede verse en la foto del anillo que puse al principio:

Todas estas manchas son inmensas, mucho más grandes que nuestro planeta entero. Son las regiones activas donde se producen las grandes erupciones llamadas eyecciones de masa coronal, como la que vimos en el eclipse total de 2020. El Sol y su energía son muy impresionantes.

Hay más cosas para comentar sobre el eclipse, pero quedarán para la semana que viene. Para terminar elegí esta foto, de algunos de los muchos guanacos que vimos en el Parque Patagonia. Me pregunto si habrán notado algo raro en la luz durante el máximo del eclipse, algo que era evidente para nosotros. Son uno de mis animales favoritos, y están más presentes en mi trabajo científico que el Sol y la Luna.



Las fotos del eclipse, y la de los guanacos, son mías, pero se las presto. Las del SDO son de NASA/SDO. Los mapitas de la década eclipsada son de timeanddate, buenísimo sitio.

Además de guanacos, vimos choiques, zorros, flamencos, cauquenes comunes (distintos de los de Bariloche, que son los reales), loicas, un águila mora, un milano blanco, un halconcito colorado, y algunos otros rapaces no identificados, más las familiares bandurrias, caranchos, chimangos, teros y escarabajos (Nyctelia circumundata, creo).

05/10/2024

El cometa retrógrado


Se lo promocionó como "el cometa del siglo", de manera totalmente injustificada. Pero el cometa Tsuchinshan-ATLAS se convirtió, al acercarse a su perihelio (máxima aproximación al Sol) en un lindo cometa, apenas visible a simple vista. Quizás "el cometa del año". En Bariloche, tras una racha de mal tiempo que culminó con tres días de nieve durante el equinoccio de primavera, pudimos verlo finalmente el día 23 de septiembre. Convalesciente de un fuerte resfrío, no pude moverme de casa. Por suerte las circunstancias del cometa lo pusieron en el cielo del amanecer, así que pude verlo asomado al balcón.

El cometa muestra una linda cola en binoculares y en fotos, de un par de grados de largo, apenas distinguible a simple vista. Compite, por supuesto, con la claridad del amanecer. A medida que el cometa sube en el cielo y se despega de la atmósfera densa del horizonte, también se acerca el amanecer y el cielo se vuelve más brillante. El día 25 pude verlo con más facilidad, y cada vez más lindo:


En estos días el cometa está pegando la vuelta en su apretada órbita parabólica, en forma de horquilla, y como su movimiento es retrógrado, nos lo estamos cruzando de frente, mientras pasa delante del Sol. Dentro de poco se producirá el máximo acercamiento a la Tierra, el 12 de octubre. Al adelantarnos, lo veremos aparecer nuevamente, pero esta vez en el cielo vespertino, como hace unos meses cuando empezó a aparecer en los medios de prensa.

Mencioné su órbita parabólica, abierta, muy inclinada y retrógrada, típica de un cometa no periódico de la nube de Oort. Esta es su primera visita a las regiones interiores del sistema solar, y viene cargado de hielos vírgenes, que jamás sintieron el calorcito del Sol. Esto hace que probablemente produzca mucho gas y polvo a su alrededor, y lo que vimos en septiembre parece indicar que será un cometa brillante (si bien tendrá que competir con la Luna gibosa creciente). Ojalá se convierta en un "gran cometa", es decir, en un cometa que es obviamente visible a simple vista, por todo el mundo, sin necesidad de binoculares o siquiera saber hacia donde mirar. Seguramente no será el cometa del siglo: el cometa del siglo ya lo vimos, fue el McNaught de 2007. Qué cometa, ese.

En todo caso, las cosas que he visto decir sobre el Tsuchinshan-ATLAS, más allá de la tontería del "cometa del siglo", o que "sobrevoló Córdoba", me han dejado boquiabierto, patitieso y turulato. He leído, en una misma nota, que es un cometa no periódico, que no se acerca a la Tierra desde hace 80 mil años, y que no volverá hasta dentro de 26 mil años. ¿En qué quedamos? ¿Es no periódico, o tiene un período de 80 mil años, o tiene un período de 26 mil años? ¿No leen lo que escriben? ¿No razonan? Qué lejos quedaron los tiempos en que un periodista como Jonathan Swift usaba las leyes de Kepler para "inventar" un par de lunas de Marte (que resultó que existían), o cuando un poeta como Edgar Alan Poe explicaba correctamente que la noche era oscura porque el universo tenía un principio, o cuando un periodista y poeta como Leopoldo Lugones filosofaba sobre las ideas de Einstein

Bueno, una vez que pase el perigeo elegiré la mejor foto que tenga, para agregar a Tsuchinshan-ATLAS a la página de Los cometas de mi vida, que es tan popular en el blog.



La foto del cometa McNaught sobre Bariloche es de mi amigo Martín Moliné. ¡Síganlo! Martín siguió fotografiando el Tsuchinshan-ATLAS unos días después que yo, y me contó que estaba cada vez más brillante. Veremos dentro de unos días.

El diagrama de la órbita es de Gideon van Buitenen, que mantiene un lindo sitio con información actualizada de manera automática sobre cometas brillantes. La tomé de la página sobre el cometa Tsuchinshan-ATLAS y la adapté.

28/09/2024

La Luna y el Sol

Si estás buscando información sobre el eclipse solar, está en la nota de la semana pasada: Nuevo eclipse anular patagónico.

Durante el eclipse de Sol de esta semana, la Luna se encuentra en la parte más lejana de su órbita, de manera que no llegará a ocultarlo por completo. Hace media órbita, en cambio, la Luna llena fue una superluna, que nos encantó con un mini eclipse. En Bariloche estuvo bastante nublado, y encima yo estuve con fiebre, así que no lo disfruté mucho. Hice unas fotos, no muy destacables, pero las comparto igual para hacer un comentario.


La imagen de la derecha es de las 23:30, cuando el eclipse todavía faltaban 15 minutos para el máximo, pero las nubes ya dificultaban hacer una foto nítida. La de la izquierda es la luna llena antes del eclipse. Hay algo notable en la luna llena: no parece una esfera, parece chata. Si la Luna reflejara la luz solar como un espejo, la parte del medio debería verse más brillante que el borde, ya que las regiones del borde las vemos inclinadas desde nuestra perspectiva, y una parte de la luz incidente se perdería en el espacio. A pesar de esto, la iluminación de Sol no da la ilusión de estar viendo un globo. El efecto se debe a que el polvo lunar funciona como un retrorreflector (por razones que no están del todo claras). Se suma el hecho de que, en la Luna llena, no vemos ninguna sombra proyectada por el relieve lunar.

Por el contrario, el Sol se ve distinto:

El Sol muestra un oscurecimiento en el borde que refuerza la impresión de que se trata de un globo. En el caso del Sol, no hay reflexión de luz como en la Luna. La luz viene de la superficie caliente. Pero la superficie no es opaca, sino que es un poco transparente, y vemos algo de luz que sale de adentro. La que vemos viniendo del medio del disco atravesó menos "atmósfera solar", y la vemos un poco más brillante que la cercana al limbo. Hace 100 años, cuando se estaba desarrollando la teoría del funcionamiento de las estrellas, el oscurecimiento del limbo solar fue una importante pista de cómo había que formular matemáticamente el transporte de energía en el interior de las estrellas.

Mañana viajamos a Santa Cruz para ver el eclipse solar. Si estás en Perito Moreno, no te pierdas las actividades que ha organizado el Proyecto Miradas al Cielo, incluyendo una charla mía el día 1 por la tarde, en la Hostería Municipal. Más información aquí: Eclipse anular 2024. Esperemos que el tiempo patagónico no sea muy hostil.

21/09/2024

Nuevo eclipse anular patagónico

Acompañando el eclipse lunar de la semana pasada, y completando la segunda temporada de eclipses del año, tendremos un eclipse solar el día 2 de octubre. Como la Luna se encontrará en el punto más alejado de su órbita, no alcanzará a tapar el Sol por completo, y el eclipse se verá como anular, desde una ancha franja que cruza la Patagonia a la altura de la provincia de Santa Cruz:


Algunos recordarán que ya tuvimos un evento de este tipo, en el año 2017, cuando la franja de anularidad cruzó el continente a la altura de Chubut. En aquella ocasión el anillo visible de Sol fue muy estrecho, una cosa extraordinaria. Ahora no será tan finito, pero de todos modos es algo muy lindo de ver:

Desde casi toda Sudamérica se podrá ver el eclipse parcial. La hora del comienzo, el máximo y el fin dependen del lugar exacto de donde observemos. Pueden revisar en diversos servicios si quieren saberlo con exactitud. Hoy en día, recomiendo timeanddate.com, y la aplicación para el celu Eclipse Calculator 2.0, que es una belleza desarrollada por la Universidad de Barcelona.


Indicativamente, dejo las circunstancias para Bariloche, que sirven aproximadamente para toda la Argentina.

Comienzo: 15:59 (Sol a 40 grados de elevación, hacia el NO)
Máximo: 17:26 (Sol a 26 grados, bajando hacia el ONO, cubierto el 77% del diámetro)
Fin: 18:44 (Sol bajito a 12 grados, hacia el O)


El Sol se encuentra en el máximo de su actividad, algo que ocurre cada 11 años, y su superficie estará llena de grandes y complejas manchas solares. A medida que progrese el eclipse veremos cómo la Luna las va cubriendo, lo cual le agregará encanto al evento.

Vale la pena recordar que NUNCA debe observarse el Sol directamente, ni a simple vista y mucho menos a través de un telescopio o binoculares. Puede observarse usando filtros adecuados: anteojitos de eclipse, vidrios de máscara de soldar número 12 o superior, o filtros especiales que se venden para los instrumentos. No usar ni radiografías, ni anteojos de Sol, ni papel de regalo, ni ninguna otra solución improvisada.

También se puede proyectar el Sol usando binoculares o pequeños telescopios. Es muy fácil y seguro, y lo hemos explicado más de una vez. Y no olvidarse de usar una espumadera o colador, para ver múltiples solcitos eclipsados en su sombra.


 

Radiografías, películas veladas, vidrios de botella o ahumados, anteojos de sol, papel de regalo, máscaras de soldar de número menor que 12... 
NO SON SEGUROS Y PUEDEN PRODUCIR UN DAÑO GRAVE E IRREVERSIBLE EN LA RETINA.

Tomen precauciones, estén atentos a lo que hagan los niños, ¡y no se pierdan el eclipse!

14/09/2024

Mini eclipse de súper luna

¡Empieza la temporada de eclipses! Sí, los eclipses, como los turistas y las frutillas, vienen en temporadas.

La segunda temporada de este año empieza esta semana, el martes 17, con un mini eclipse de Luna. ¿Por qué mini? Porque la sombra de la Tierra tapará apenas un pedacito de la Luna:

El eclipse dura una horita, comenzando a las 23:11 hora argentina (UTC -3). El máximo será a las 23:44, y se verá como en la imagen de arriba (calculada para Bariloche). A las 00:16 (del miércoles) termina el eclipse. Por fuera de estos horarios, la penumbra de la Tierra irá oscureciendo la luna llena. No es muy impresionante, pero si prestan atención, seguramente desde las 22 ya verán algo. Pero lo mejor es alrededor de las 23:44.

Nadie necesita ayuda para encontrar la Luna en el cielo. Pero sí conviene hacer planes si sospechás que te puede tapar un árbol o un edificio. Observando desde Bariloche, el eclipse entero estará en el cielo del noreste, y bastante alto (a mitad de altura entre el horizonte y el cenit). Pero la posición de la Luna a esa hora depende del lugar donde observes. Fijate en Stellarium para planificarlo con exactitud. Y si no, fijate la posición de la Luna a esas horas el día anterior, y calculá unos 13 grados hacia el Este, que es lo que se mueve la Luna cada noche (13 grados es un poco más de un puño con el brazo estirado).

¿Por qué mini eclipse de súper Luna? Porque la luna llena (y el eclipse) se producen apenas 10 horas antes del perigeo, el punto más cercano a la Tierra de la órbita lunar. Estas lunas llenas se promocionan desde hace algunos años como superlunas. Son un poco más grandes que las lunas llenas ordinarias (un 15% más que el promedio). En general no llamaríamos Superman a un tipo que fuera 15% más fuerte que el promedio, pero si yo fuera 15% más alto podría haberme dedicado al tenis profesional, en lugar de escribir sobre astronomía. Así que desde En el Cielo las Estrellas aprobamos las superlunas, y tenemos nuestra propia Calculadora de Superlunas.

¿Y por qué hay temporadas de eclipses? La razón es que, para que se produzca un eclipse, tienen que alinearse el Sol, la Luna y la Tierra. Pero la órbita de la Luna está inclinada con respecto a la de la Tierra; si no, se producirían eclipses todos los meses. Así que sólo cuando la línea de intersección de las dos órbitas (que se llama línea de nodos) apunta hacia el Sol, se producen los eclipses. Y esto ocurre dos veces por año.


El plato fuerte de esta temporada de eclipses será un eclipse de Sol, el 2 de octubre. Como es dentro de media órbita, y la Luna llena eclipsada será súper, la Luna nueva eclipsante será mini, y no alcanzará a tapar el Sol por completo. Será un eclipse anular, que podremos ver sólo desde la Patagonia austral, parecido al que tuvimos en 2017, pero más al sur. ¡Ampliaremos la semana que viene!

La siguiente temporada será en marzo del año que viene, empezando con un eclipse lunar total, mucho mejor que el de esta semana. Ya nos ocuparemos más cerca de la fecha.

07/09/2024

M73: Esto no es un objeto

Todos los catálogos astronómicos tienen errores. Hace poco señalé que un cúmulo globular de la Nube Menor de Magallanes aparece como galaxia en el catálogo LEDA. ¿Y si se equivocan los robots que hacen los catálogos modernos, cómo no se iban a equivocar los astrónomos humanos que hicieron los primeros? El año pasado conté que la galaxia NGC 2903 estaba increíblemente ausente del catálogo de Charles Messier, del siglo XVIII. Si bien no es exactamente un error, el que voy a contar hoy sí lo es.

Recordemos que Messier era un cazador de cometas, y que compiló "con el mayor cuidado" (como dice ahí en la presentación) su Catálogo de Nebulosas y Cúmulos Estelares para tener una lista de objetos que podían confundirse fácilmente con cometas, para no equivocarse. Casi todos ellos son nebulosas, galaxias, cúmulos abiertos y globulares que, efectivamente, se ven como un cometa a través de un telescopio pequeño. Casi todos. Porque además está Messier 73:

¿Qué estabas pensando, Messier? ¡Son cuatro estrellas! Efectivamente, en el catálogo original aparece descripto así:

«Cúmulo de tres o cuatro estrellitas, que parece una nebulosa a primera vista, contiene un poco de nebulosidad; este cúmulo se sitúa sobre el paralelo de la nebulosa anterior; la posición fue determinada por la misma estrella Nu Aquarii.»


En sus Unpublished Observations of Messier's Nebulae and Clusters (1783), William Herschel señala sobre M73: «Consiste en unas pocas estrellas dispuestas en forma triangular. Ninguna nebulosidad entre ellas.» Su hijo John incorporó M73 a su General Catalogue, con el número GC 4617, y vemos que le resultó sospechoso porque codificó su aspecto como: Cl??; eP; vlC; no neb (que significa: Cúmulo??; extremadamente pobre; muy poco aplastado; sin nebulosidad). El trabajo de los Herschel fue completado por John Dreyer, autor del New General Catalogue. Y allí aparece M73 con el número NGC 6994, que por alguna razón perdió los signos de interrogación que delataban la duda de Herschel: Cl, eP, vlC, no neb; = M73.

Cualquier otro asterismo como éste no habría llamado la atención de nadie. Pero como estaba en los catálogos, los astrónomos siguieron preguntándose si sería un cúmulo o no hasta tiempos muy recientes. Hace algunos años salieron dos papers, con pocos meses de diferencia, acerca de la naturaleza de M73. Adivinen. ¡Uno de ellos decía que claro que sí, y el otro decía que obvio que no! Usando las ediciones recientes del catálogo de Gaia es fácil comprobar que no: M73 no es un cúmulo, sus estrellas están a distancias muy distintas de nosotros:

Esta es una buena época para observar M73. No es gran cosa, tiene sólo un valor histórico. La siguiente carta muestra su ubicación entre Acuario y Capricornio (el rectangulito gris es la foto que mostré al principio, que mide un poquito más que 1 grado de ancho. 

En esta carta, que está orientada con el Norte hacia arriba y el Este a la izquierda, se ve que M73 está muy cerquita y justo al Este de M72 (que sí es un lindo cúmulo globular), tal como lo dejó descripto Messier en el catálogo. Es decir, si uno apunta a M72 y se distrae, y deja pasar 5 minutos (porque fue a sacar la pava del fuego, ponele) y vuelve a mirar, se encuentra con M73 en el ocular. Tal vez eso es lo que le pasó a Monsieur Messier, y cuando vio el grupito de estrellas dijo "¡apa! ¿y esto?", y sin pensarlo dos veces, lo anotó, y M73, que no es un objeto, quedó inmortalizado. 


Los papers que mencioné sobre M73 son:

CCD photometry in the region of NGC 6994: the remains of an old open cluster, de Bassino, Waldhausen y Martínez (todos ellos de la UNLP) (arxiv del 13/1/2000).

NGC 6994: an open cluster which is not an open cluster, Carraro (de Padova) (arxiv del 24/3/2000).

La foto del campo de M73 es del Sloan Digital Sky Survey (descargada en Cartes du Ciel, donde hice el mapita).

La captura de pantalla del final es del servicio Simbad del CDS, cuya escueta descripción: NGC 6994 - Not an object, me recordó los cuadros de Magritte "Esto no es una pipa".

Los recortes del catálogo de Messier son de la Connoissance des temps para el año 1784, que se consigue online.



31/08/2024

Vindicación de Couch Adams

Cuando conté el descubrimiento de Neptuno, había un héroe y un pobre tipo. El héroe era Urbain Le Verrier, astrónomo del Observatorio de París, que le mandó a Johann Galle, de Berlín, la posición calculada del planeta conjetural. Galle lo encontró la misma noche que recibió la carta, gloria y loor honra sin par. Y el pobre tipo era John Couch Adams, del Observatorio de Cambridge, que también lo predijo, pero nadie le dio pelota. Leí recientemente más detalles sobre su vida, que quiero compartir aquí.

Resumo mínimamente la situación: después del descubrimiento casual de Urano en 1781, los astrónomos lo observaron minuciosamente para conocer su órbita. Para sorpresa de todos, durante 20 años se movió más rápido que lo que la ley de gravitación de Newton predecía. Luego se fue frenando, y durante otros 20 años se movió a la velocidad "correcta". Pero después, hacia 1820, ¡siguió frenándose cada vez más! ¿Qué pasaba con el séptimo planeta, primero descubierto en tiempos modernos? ¿Había algo mal con la gravedad de Newton? No: lo más razonable era que existiese otro planeta, más lejano, que tironeando de Urano lo hiciese acelerar a veces, y otras veces frenar. John Couch Adams, empezó a trabajar en el problema en 1841, cuando todavía era estudiante de la Universidad de Cambridge. Pretendía, dadas las posiciones de Urano, encontrar la masa y la posición del planeta ignoto. Es lo que se llama un problema inverso: dadas las consecuencias, encontrar las causas, y es algo generalmente muy difícil. A Couch Adams le llevó años de trabajo. Finalmente, en 1845-46, escribió seis cartas en rápida sucesión, enviadas al director del Observatorio de Cambridge, James Challis, y al Astrónomo Real, George Airy. Lamentablemente las cartas se contradecían unas a otras, porque Couch Adams fue descubriendo errores en sus cálculos y trató de corregir sus predicciones. Pero no eran taaaan distintas, y de hecho una de ellas era muy acertada, prediciendo la posición de Neptuno con un error de menos de 1 grado de la realidad (comparable a la famosa predicción de Le Verrier). Lamentablemente Challis era un incompetente, y parece que aunque observó el planeta en el telescopio, ¡lo confundió con una estrella! Airy ni siquiera observó.

Y finalmente llegó el día que es la pesadilla de cualquier científico: ¡el problema en el que había trabajado durante toda su carrera había sido resuelto por otro! El 31 de agosto de 1846 Le Verrier anunció al mundo que había calculado la posición del nuevo planeta, y el 23 de septiembre Galle confirmó que el planeta existía y estaba exactamente donde Le Verrier había predicho. Le Verrier se cubrió de gloria, y Couch Adams... de humildad. Los ingleses trataron de asignarle el co-descubrimiento, pero en noviembre mandó una carta a la Royal Astronomical Society:

«Mis resultados fueron independientes y previos a la publicación de Monsieur Le Verrier, pero no tengo intención de interferir con sus justos reclamos del honor del descubrimiento; no hay duda de que su publicación fue anterior, y que condujo al descubrimiento del planeta por el Dr. Galle. [Las fechas de mis trabajos no publicados] no pueden disminuir, ni en el mínimo grado, el crédito de M. Le Verrier.»

La carrera de Couch Adams no se acabó allí. Hizo importantes contribuciones en la comprensión de las irregularidades de la órbita de la Luna. Pero lo mejor fue desencadenado por una casualidad: la tormenta de meteoros Leónidas de 1866. Couch Adams había visto una en 1833, cuando tenía 14 años, y había disparado su interés por la astronomía. Durante décadas la lluvia de Leónidas había sido normal. ¿Por qué el número de meteoros volvió a explotar en 1866? Se puso a pensar y dio con la explicación correcta. Propuso que los meteoros (las "estrellas fugaces") eran granos de polvo que entran a la atmósfera terrestre a gran velocidad y arden al chocar con el aire. Y que las conocidas "lluvias" ocurrían todos los años en el mismo lugar del cielo porque había nubecitas de polvo en órbita solar, que la Tierra encontraba periódicamente cada año en el mismo lugar de su propia órbita. Estas nubecitas estarían en órbitas elípticas, como los planetas, pero tendrían regiones más densas, responsables de las espectaculares "tormentas" que cada tanto ocurrían en lugar de las "lluvias", cuando la Tierra se las encontraba en el espacio. 


Su experiencia en calcular órbitas le vino al pelo, y Couch Adams pudo calcular que debía existir un rastro de polvo en órbita elíptica con un período de 33.25 años, llegando más allá de Urano. ¡Una órbita como de un cometa! La órbita calculada resultaba idéntica a la del cometa Tempel-Tuttle, descubierto independientemente en 1866, el año de la gran tormenta. Fue el gran legado de la carrera de Couch Adams, ya que efectivamente explicó el mecanismo de las lluvias y las ocasionales tormentas de meteoros, que hoy en día se pueden calcular y predecir con enorme precisión

En 1870 fue designado director del Observatorio de Cambridge, reemplazando a Challis. En 1881 le ofrecieron el más prestigioso cargo astronómico del imperio: Astrónomo Real, en reemplazo de Airy. Si hubiese aceptado, habría desplazado a los dos tipos responsables de que se le escapara por un pelo el descubrimiento de Neptuno. Pero prefirió quedarse en Cambridge, donde había vivido toda su vida, y donde siguió trabajando y cuidando de su barba hasta su muerte en 1892.

Le Verrier, mientras tanto, siguió calculando planetas imaginados con menos éxito que la primera vez, como ya hemos contado en el caso del fallido Vulcano

 


Leí esta reivindicación de Couch Adams en el blog de Ethan Siegel, que reviso regularmente aunque no me cae muy simpático. De allí tomé algunas de las imágenes.